Patricia Veiga, enfermera valenciana, lleva ocho años viviendo con una ostomía, una abertura quirúrgica en el intestino conectada a una bolsa para la excreción. Su historia es un testimonio de resiliencia y optimismo frente a los desafíos de la vida con una condición crónica.
La vida de Patricia cambió drásticamente debido a la enfermedad de Crohn, una dolencia inflamatoria intestinal que la llevó a someterse a múltiples cirugías. A los 21 años, se le realizó una ostomía temporal, pero decidió revertirla, lo que resultó en una década de dificultades. "En qué mala hora", recuerda, describiendo un período de visitas constantes al baño y sueño interrumpido.
Actualmente, Patricia vive con una ileostomía permanente y ha adaptado su vida a esta nueva realidad. Su rutina diaria incluye el manejo de la bolsa de ostomía y la administración de nutrición parenteral a través de un catéter. A pesar de estos desafíos, mantiene una actitud positiva y una vida activa, incluyendo la práctica de tenis dos veces por semana.
Patricia Veiga trabaja como enfermera en el hospital La Fe, en consultas de alergia infantil. Su experiencia como paciente ha influido en su carrera profesional, brindándole una perspectiva única en el cuidado de los pacientes.
"Me voy a comer la vida"
Esta actitud positiva se refleja en todos los aspectos de su vida. Patricia viaja, se baña en playas y piscinas sin ocultar su bolsa, y comparte abiertamente su experiencia en las redes sociales bajo el nombre de @ostobag, donde cuenta con 228.000 seguidores en Instagram.
Con motivo del Día Mundial de las personas ostomizadas, que se celebra cada primer sábado de octubre, Patricia ha participado en la producción de un documental titulado "Ostobag: Ser y Vivir Ostomizada". Este proyecto busca visibilizar y apoyar a los dos millones de personas ostomizadas en el mundo, de las cuales más de 70.000 son españolas.
Patricia Veiga compara su cotidianidad con la de las personas diabéticas, señalando que la principal diferencia es la visibilidad. "Lo que sucede es que lo mío no lo enseña la gente, porque es escatológico, da miedo y la persona tiende a pensar que va a oler mal. Hemos de romper con ese estigma y normalizar la ostomía", afirma.
A través de su presencia en redes sociales y su participación en el documental, Patricia busca educar y apoyar a otras personas que viven con ostomías. Su mensaje es claro: es posible llevar una vida plena y activa con una ostomía, y es fundamental romper los estigmas asociados a esta condición.
La historia de Patricia Veiga es un testimonio inspirador de cómo el optimismo, la adaptabilidad y la voluntad de compartir pueden transformar los desafíos en oportunidades para educar y apoyar a otros. Su labor contribuye significativamente a la normalización y visibilización de la vida con ostomía en la sociedad.