En una reciente entrevista con Rac1, Pere Aragonès, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, ha expresado su desacuerdo con las declaraciones del gobierno español sobre el acuerdo de financiación para Cataluña. Este pacto, alcanzado hace aproximadamente un mes, fue crucial para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
Aragonès ha enfatizado la importancia del compromiso adquirido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), recordando que el acuerdo fue formalizado por escrito y contó con supervisión internacional. Esta referencia alude al mediador que los socialistas aceptaron en las negociaciones con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) hace casi un año.
El ex presidente catalán ha subrayado que el acuerdo estipula claramente que la Generalitat recaudará todos los impuestos. Esta afirmación contrasta con las recientes declaraciones de María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, quien ha limitado el alcance del acuerdo al traspaso de la recaudación total del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a la Hacienda catalana a partir de 2026.
Para Aragonès, el nuevo modelo de financiación representa un avance significativo en el autogobierno de Cataluña, superando incluso al Estatut de 2006 en términos de importancia. Este cambio en el sistema fiscal podría acercar a Cataluña al modelo de concierto económico que actualmente disfrutan el País Vasco y Navarra.
Es importante destacar que el debate sobre la financiación autonómica en España ha sido un tema recurrente y complejo desde la implementación del sistema actual. La demanda de un modelo de financiación singular para Cataluña se enmarca en un contexto más amplio de reivindicaciones de mayor autonomía fiscal y política.
La figura del mediador internacional, mencionada por Aragonès, es una práctica común en negociaciones políticas de alto nivel y refleja la complejidad del diálogo entre el gobierno central y las autoridades catalanas. Este enfoque también se ha utilizado en las conversaciones entre el PSOE y Junts per Catalunya en el extranjero, con la participación de Carles Puigdemont.
El acuerdo de financiación se produce en un momento crucial para la política catalana y española, con implicaciones significativas para el futuro del autogobierno en Cataluña y las relaciones entre la comunidad autónoma y el gobierno central. La evolución de este pacto y su implementación serán fundamentales para determinar el grado de autonomía fiscal que Cataluña podrá ejercer en los próximos años.
"El acuerdo dice claramente que la Generalitat recaudará todos los impuestos"
La postura de Aragonès refleja la determinación de los líderes catalanes por asegurar un mayor control sobre los recursos fiscales de la región, considerando este paso como fundamental para fortalecer el autogobierno y las instituciones catalanas. El desenlace de esta negociación podría marcar un antes y un después en la estructura territorial y fiscal del Estado español.