En un sorprendente incidente ocurrido recientemente en las costas de Tazacorte, La Palma, José Juan Alfonso, un apasionado piragüista canario, vivió un encuentro inesperado con un tiburón martillo que desafía las creencias sobre el comportamiento de estos animales en las aguas canarias.
El incidente tuvo lugar en las cristalinas aguas de La Palma, conocida como "La Isla Bonita" y declarada Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en 2002. Esta isla, con una superficie de 708,32 km² y cuyo punto más alto es el Roque de los Muchachos a 2.426 metros, fue el escenario de este inusual encuentro.
Alfonso relató su experiencia a La Radio Canaria, describiendo cómo el tiburón martillo, perteneciente a la familia Sphyrnidae, se acercó a su kayak de manera atípica. "Normalmente dan un par de vueltas y se van, pero ese iba y venía", explicó el piragüista. El comportamiento del tiburón fue particularmente alarmante cuando intentó morder la mitad del kayak donde se encontraba Alfonso.
Es importante destacar que los tiburones martillo son conocidos por su extraordinaria capacidad para detectar campos electromagnéticos y su visión de 360 grados debido a la posición de sus ojos. Estas características les permiten ser cazadores eficientes, alimentándose principalmente de peces, calamares y crustáceos.
Durante el incidente, Alfonso tuvo la presencia de ánimo para grabar lo ocurrido, capturando un momento que cuestiona la creencia general sobre la inofensividad de estos tiburones para los humanos. En un intento por ahuyentar al animal, el canario golpeó el agua con su remo y gritó: "¡Cabrón, sale pa' llá, pa' casa el carajo!".
Este encuentro pone de relieve la importancia de la conservación de estas especies, ya que la mayoría de los tiburones martillo están en peligro de extinción. De las 9 especies conocidas, el tiburón martillo gigante puede alcanzar hasta 6 metros de longitud y vivir entre 20 y 30 años en la naturaleza.
El incidente ocurrió en Tazacorte, un municipio en la costa oeste de La Palma, parte del archipiélago canario de origen volcánico. Aunque los avistamientos de tiburones martillo no son inusuales en estas aguas, el comportamiento agresivo mostrado en este caso es atípico y merece atención.
Alfonso reflexionó sobre la experiencia, describiéndola como momentos "tensos" que ahora forman parte de una anécdota inolvidable. Este encuentro subraya la importancia de la precaución al practicar deportes acuáticos, incluso en áreas donde se considera que ciertas especies no representan un riesgo significativo.
Es relevante mencionar que el piragüismo, un deporte olímpico desde 1936, tiene raíces antiguas. El kayak moderno, similar al utilizado por Alfonso, fue desarrollado por los inuit hace miles de años, demostrando la larga historia de interacción entre humanos y el medio marino.
Este incidente sirve como recordatorio de la imprevisibilidad de la naturaleza y la necesidad de respetar y comprender mejor a las criaturas marinas con las que compartimos nuestros océanos.
"Normalmente dan un par de vueltas y se van, pero ese iba y venía. Una de las veces me venía a morder a la mitad del kayak, donde yo estaba. Y eso es lo que a mí me daba medio rollo"