En un giro inesperado dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Emiliano García-Page y Javier Lambán, presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón respectivamente, se han convertido en los únicos barones regionales que no han avalado la candidatura de Pedro Sánchez para su reelección como líder del partido.
Este hecho ha generado cierta atención, considerando que el PSOE, fundado en 1879, ha sido tradicionalmente un partido con una estructura jerárquica bien definida. Sin embargo, la dirección del partido ha optado por restar importancia a esta situación. Patxi López, portavoz en el Congreso y miembro de la Ejecutiva Federal, ha declarado: "Todo el mundo es libre de apoyar a quien quiera", evitando así una polémica interna.
Desde el equipo de García-Page se ha explicado que su decisión se debe a un compromiso previo con la Ejecutiva regional de no participar en procesos de avales debido a su responsabilidad política. Esta postura no es nueva, ya que la ha mantenido en procesos anteriores. Por otro lado, la federación aragonesa no ha proporcionado explicaciones sobre la decisión de Lambán, quien ha mostrado discrepancias con Sánchez en los últimos años.
Es importante destacar que Pedro Sánchez, quien se convirtió en líder del PSOE por primera vez en 2014, es el único aspirante a la secretaría general del partido. A pesar de no tener rivales, los estatutos internos requieren la recolección de 5.300 avales para formalizar su candidatura, un número que ha superado ampliamente.
El próximo 41º Congreso Federal del PSOE, programado del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla, será el escenario donde se confirmará el liderazgo de Sánchez. Este evento es crucial, ya que el Congreso Federal es el máximo órgano de decisión del partido.
La situación actual refleja la compleja relación histórica entre el liderazgo nacional y los barones regionales del PSOE. Desde su fundación, el partido ha experimentado varias crisis internas y cambios de liderazgo, adaptándose a nuevos desafíos políticos como el auge de nuevos partidos y debates internos sobre temas como el federalismo y la cuestión territorial.
A pesar de estas discrepancias, el PSOE ha sido fundamental en la implementación de importantes reformas sociales en España y ha formado gobiernos de coalición tanto a nivel nacional como regional. La capacidad del partido para mantener su unidad frente a desacuerdos internos será crucial para su futuro político y su papel en la gobernabilidad del país.
"Todo el mundo es libre de apoyar a quien quiera"
Esta situación pone de manifiesto la importancia de la cohesión interna en un partido con una larga historia y una estructura que incluye federaciones regionales con cierta autonomía. El PSOE, que forma parte de la Internacional Socialista y del Partido Socialista Europeo, deberá navegar estas aguas internas mientras se prepara para futuros desafíos políticos y electorales.