La Policía Nacional española ha iniciado una investigación tras la fuga de cuatro solicitantes de asilo marroquíes del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, el principal aeropuerto internacional de España. El incidente, ocurrido el 1 de octubre de 2024, ha reavivado el debate sobre la seguridad y la gestión migratoria en el país.
Según fuentes del Ministerio del Interior, los individuos lograron evadir la vigilancia en la sala destinada a tramitar las solicitudes de protección internacional. Las primeras indagaciones sugieren que podrían haber escapado a través del techo de la instalación, aunque las circunstancias exactas aún no están claras.
Este suceso no es un caso aislado en Barajas, que es el segundo aeropuerto más grande de Europa por superficie. En enero de 2024, se produjo una fuga similar cuando casi 30 solicitantes de asilo de origen magrebí escaparon, llegando incluso a acceder a las pistas del aeropuerto. Estos incidentes han generado preocupación entre los sindicatos policiales sobre la seguridad en Barajas, que en 2019 manejó más de 61 millones de pasajeros.
La situación se enmarca en un contexto más amplio de debates sobre la gestión migratoria en España. Marruecos, separado de España por solo 14 km en el Estrecho de Gibraltar, ha sido durante décadas un punto de origen de migración irregular hacia territorio español. Ambos países mantienen acuerdos bilaterales para gestionar estos flujos migratorios.
El sistema de asilo español permite solicitar protección internacional en los puestos fronterizos, incluidos los aeropuertos. La Oficina de Asilo y Refugio (OAR) es la encargada de examinar estas solicitudes, un proceso que puede extenderse durante meses o incluso años. Durante este tiempo, los solicitantes tienen derecho a alojamiento y asistencia básica.
En el caso específico de Barajas, el Ministerio del Interior informó que, al 30 de septiembre de 2024, había 115 solicitantes de asilo en el aeropuerto, de los cuales 73 eran de nacionalidad marroquí. Esta cifra se dio a conocer en el contexto de una polémica huelga de hambre iniciada por ciudadanos con pasaporte marroquí que afirmaban ser saharauis en busca de asilo político.
La cuestión del Sáhara Occidental, territorio disputado y antigua colonia española reclamado por Marruecos, añade complejidad a la situación. Los saharauis pueden solicitar asilo en España alegando persecución política, lo que ha sido fuente de tensiones diplomáticas entre España y Marruecos.
La Comunidad de Madrid ha expresado su preocupación, denunciando que Barajas se ha convertido en un "coladero" para la entrada irregular de migrantes. Estos aprovechan el tránsito sin visado, que permite a algunos viajeros hacer escalas sin entrar oficialmente al país, para solicitar protección internacional.
La gestión de la migración y el asilo sigue siendo un tema de intenso debate político y social en España. Mientras las autoridades trabajan para reforzar la seguridad y mejorar los procedimientos, el equilibrio entre el derecho al asilo y el control fronterizo continúa siendo un desafío complejo para el país.