En un fallo reciente el Tribunal Superior de La Rioja determinó que el despido de un operario (que ocurrió hace poco mas de 1 año) fue improcedente‚ a pesar de que este mandó a su jefe “a la mierda“
Durante una jornada en una fabrica del polígono La Portalada el incidente comenzó cuando Juan Martinez estaba soldando; su supervisor y uno de los dueños se acercaron para revisar su trabajo lo que provocó una reacción inesperada del trabajador – este les confrontó de manera poco-respetuosa. El empleado después tuvo una crisis de ansiedad y fue al hospital
La compañía procedió con un despido-disciplinario inmediato argumentando que el comportamiento del trabajador fue violento; sin embargo el tribunal consideró que aunque sus palabras fueron incorrectas e impertinentes no ameritaban la máxima sanción
El convenio del Metal establece que las faltas de respeto son sancionables con:
- Amonestación escrita
- Suspensión de empleo
- Reducción de salario por 2-20 días
Según la resolución judicial la empresa debe elegir: readmitir al trabajador con el pago de salarios atrasados desde sep/23 o pagar una indemnización