El 30 de septiembre de 2024, la Iglesia católica celebra en su santoral a varios santos y beatos, destacando la figura de San Jerónimo, un erudito y traductor cuya influencia perdura hasta nuestros días. Este día también conmemora a otros santos como San Antonino, Santa Eusebia y San Honorio.
San Jerónimo, nacido alrededor del año 347 en Estridón, en la frontera entre Dalmacia y Panonia, es recordado principalmente por su traducción de la Biblia al latín, conocida como la Vulgata. Esta obra monumental, que le llevó más de 20 años completar, fue declarada la versión oficial de la Iglesia Católica y sigue siendo una referencia fundamental en la teología occidental.
La vida de Jerónimo estuvo marcada por el estudio y la devoción. Inicialmente, estudió retórica en Roma bajo la tutela del gramático Elio Donato. Tras su conversión al cristianismo y su bautismo, se dedicó a la vida ascética, viajando extensamente por Galia y Asia Menor antes de retirarse como ermitaño. Su dominio del latín, griego, hebreo y arameo le permitió realizar una traducción precisa y erudita de las Sagradas Escrituras.
"Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, ciudad en la que cultivó con esmero todos los saberes y recibió el bautismo cristiano. Después, seducido por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética al ir a Oriente, donde se ordenó de presbítero."
Además de su labor como traductor, Jerónimo fue un prolífico escritor. Su obra "De viris illustribus" es considerada una de las más importantes, junto con numerosos comentarios sobre libros de la Biblia. También mantuvo correspondencia con figuras destacadas de su tiempo, incluyendo a San Agustín.
San Jerónimo es reconocido como uno de los cuatro Padres Latinos de la Iglesia, junto con Ambrosio, Agustín y Gregorio. Su influencia en el desarrollo de la teología occidental es innegable, y fue declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Bonifacio VIII en 1295. Hoy en día, es considerado el patrón de los traductores, bibliotecarios y enciclopedistas.
La iconografía típica de San Jerónimo lo representa como un anciano con un león, un libro y una calavera, simbolizando su vida ascética y su dedicación al estudio. Sus restos descansan en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, testimonio de su importancia para la Iglesia.
El santoral del 30 de septiembre también honra a otros santos y beatos, incluyendo a San Antonino de Piacenza, Santos Urso y Víctor de Solothurn, San Gregorio el "Iluminador" de Armenia, Santa Eusebia, San Honorio, San Simón de Roma, San Amado, San Ismidón, Beata Felicia Meda, San Francisco de Borja (en España se celebra el 3 de octubre), Beato Juan Nicolás Cordier y Beato Federico Albert.
El santoral católico, que incluye casi 7.000 santos y beatos reconocidos por la Iglesia, se basa en el Martirologio Romano, documento que nombra y distribuye estas figuras en el calendario. Estas personas son reconocidas por su especial relación con lo divino o por su elevada ética, sirviendo como ejemplos de virtud y fe para los creyentes.
Es interesante notar que la fiesta de San Jerónimo coincide con el Día Internacional de la Traducción, un reconocimiento apropiado para este erudito que dedicó gran parte de su vida a hacer accesibles las Sagradas Escrituras a través de su labor de traducción.