En 1984, hace exactamente 40 años, el fotógrafo Steve McCurry capturó una imagen que se convertiría en un ícono mundial. En un campo de refugiados afganos en las afueras de Peshawar, Pakistán, McCurry fotografió a una joven de ojos verdes penetrantes que más tarde sería conocida como "La niña afgana".
La protagonista de esta imagen, Sharbat Gula, era entonces una niña tímida que se encontraba en una escuela improvisada dentro del campo. McCurry recuerda: "Había miles de tiendas de campaña, y una en particular se utilizaba como escuela para las niñas". La fotografía, tomada con una Nikon FM2 y película Kodachrome, apareció en la portada de National Geographic en junio de 1985, catapultando a la fama tanto al fotógrafo como a su sujeto anónimo.
La imagen de Sharbat Gula se convirtió rápidamente en un símbolo de la crisis de refugiados afganos. Su mirada intensa y penetrante capturó la atención del mundo, ganándose el apodo de "La Mona Lisa afgana". Sin embargo, la identidad de la niña permaneció desconocida durante casi dos décadas, hasta que en 2002 McCurry logró localizarla y fotografiarla nuevamente.
La vida de Sharbat Gula ha estado marcada por el conflicto y el desplazamiento. Nacida alrededor de 1972 en Afganistán, huyó a Pakistán durante la invasión soviética de 1979. A lo largo de los años, ha enfrentado numerosos desafíos, incluyendo un arresto en 2016 por poseer documentos de identidad falsos en Pakistán.
"Mi vida ha sido una lucha constante, pero la fotografía me dio una voz que nunca esperé tener."
A pesar de la fama mundial de su imagen, Sharbat Gula no recibió regalías por su uso durante muchos años. Sin embargo, su historia ha inspirado iniciativas humanitarias, como el Fondo para las Niñas Afganas establecido por National Geographic.
En 2021, tras la toma del poder por los talibanes, Sharbat Gula fue evacuada a Italia, donde actualmente reside. Su vida refleja las continuas dificultades enfrentadas por los refugiados afganos, un tema que sigue siendo relevante cuatro décadas después de que su mirada capturara la atención del mundo.
La fotografía de "La niña afgana" ha sido reproducida en innumerables formas, desde carteles hasta sellos postales, y sigue siendo un poderoso recordatorio de la crisis de refugiados que persiste hasta nuestros días. En 2017, Sharbat Gula logró abrir un hospital para mujeres en Kabul, demostrando su resiliencia y compromiso con su comunidad.
Cuarenta años después de aquella fotografía icónica, la historia de Sharbat Gula continúa siendo un testimonio de la fuerza del espíritu humano frente a la adversidad, y un llamado a la acción para abordar la crisis global de refugiados que sigue afectando a millones de personas en todo el mundo.