La reciente aparición de Juan Antonio Roca en el velatorio del ex alcalde Julián Muñoz ha reavivado el interés en el caso Malaya, la mayor trama de corrupción urbanística en la historia de España. Roca, originario de Cartagena y ex gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, fue considerado el cerebro de esta operación que sacudió los cimientos de la administración local en la Costa del Sol.
Actualmente, Roca mantiene un perfil bajo en Marbella, donde reside con su familia. A pesar de que gran parte de sus bienes fueron embargados y subastados para saldar su deuda millonaria con las autoridades, aún goza de una vida cómoda. Su discreción se vio interrumpida por su asistencia al tanatorio de San Bernabé, donde se despedía a Muñoz, fallecido el 24 de septiembre de 2024 a los 76 años.
En 2016, la Audiencia de Málaga ordenó la venta de numerosos bienes de Roca, valorados en cerca de 75 millones de euros. Entre estos se encontraban propiedades en Marbella, Madrid e Ibiza, así como obras de arte, armas, carruajes e incluso una colección de vinos valorada en 280.000 euros. La Finca de La Caridad, otrora símbolo de su opulencia, es ahora un espacio público donde se celebran eventos locales.
Roca fue condenado a 20 años de prisión por su papel en varios casos de corrupción, incluyendo Saqueo 1 y Malaya. Ingresó en la cárcel en marzo de 2006 y salió en libertad provisional en febrero de 2019, tras cumplir más de una década entre rejas. Su último año de condena lo pasó en régimen abierto, colaborando con Cáritas en programas de reinserción de reclusos.
El caso Malaya no solo implicó a Roca, sino también a otros políticos y funcionarios de Marbella. Entre ellos se encontraban el propio Julián Muñoz, la ex alcaldesa Marisol Yagüe y la ex primer teniente de alcalde Isabel García Marcos. Todos ellos fueron condenados, marcando una época oscura para esta ciudad turística de la Costa del Sol.
La visita de Roca al velatorio de Muñoz ha servido como un sombrío recordatorio de una era que Marbella lucha por dejar atrás. Mientras la ciudad busca redefinir su imagen, el legado de la corrupción urbanística sigue siendo una sombra sobre su reputación, recordando la importancia de la transparencia y la integridad en la administración pública.
"Es triste ver cómo estos nombres siguen apareciendo en las noticias. Esperamos que Marbella pueda finalmente cerrar este capítulo y mirar hacia un futuro más limpio y próspero."