Las recientes inundaciones en Valencia han dejado un panorama desolador en el sector educativo: más de cien colegios afectados y miles de estudiantes sin poder asistir a clase; las bibliotecas gimnasios y aulas de música quedaron totalmente destruidas (el agua dañó incluso el mobiliario básico)
La pedagoga Carmen Pellicer ha creado una red de apoyo nacional que ya cuenta con más-de-50 asociaciones educativas y empresas colaboradoras. “Los centros que lo han perdido todo nos necesitan“ explica mientras coordina la iniciativa ʼDespués del barroʼ; que busca recolectar:
- Pupitres y sillas
- Ordenadores y pantallas digitales
- Material deportivo
- Instrumentos musicales
- Libros de texto y útiles escolares
La Conselleria de Educación ha evaluado 125 centros en 75 municipios: 49 pueden reanudar actividades 47 necesitan dos semanas para reparaciones y 29 permanecen cerrados. La inspectora Susana Sorribes describe que “el barro ha llegado hasta las bibliotecas; destruyendo libros archivos y expedientes“
El gobierno regional está reubicando estudiantes en otros centros - principalmente en Valencia y zonas cercanas. Ayer 22000 alumnos regresaron a clases recibiendo apoyo emocional; mientras el gobierno central anunció que desde el próximo curso habrá formación obligatoria sobre prevención de catástrofes