En una remota aldea de Galicia, la artista valenciana Elena del Rivero reflexiona sobre el papel del arte en la sociedad contemporánea. Nacida en 1949, Del Rivero ha sido testigo de profundos cambios en el mundo artístico y social, que han moldeado su perspectiva única.
La artista evoca las palabras de Marcel Duchamp, pronunciadas hace más de seis décadas en el Philadelphia Museum College of Art: "El gran artista del mañana pasará al underground". Esta visión, combinada con la trilogía "De sus fatigas" de John Berger, que analiza el ocaso del campesinado tradicional, ha influido significativamente en su enfoque artístico.
El concepto de "underground" en el arte, que surgió en la década de 1960, resuena con la experiencia de Del Rivero. La artista ha navegado por los márgenes del establishment artístico, cuestionando constantemente las convenciones y explorando nuevas formas de expresión.
Un punto de inflexión en la carrera de Del Rivero fue el 11 de septiembre de 2001. Los ataques terroristas no solo conmocionaron al mundo, sino que también transformaron su obra de manera profunda. De las cenizas de la tragedia nació su "Archivo del Polvo", un proyecto que explora la intersección entre arte, trauma colectivo y memoria.
"El artista debe ser un espejo de su tiempo, pero también un visionario capaz de imaginar futuros alternativos."
La artista critica abiertamente la falta de apoyo a los creadores en España: "España es muy canalla con sus artistas". Esta declaración refleja una frustración compartida por muchos en el sector cultural español, donde el apoyo gubernamental al arte a menudo se percibe como insuficiente en comparación con otros países europeos.
Del Rivero representa una generación de artistas que han sido testigos de la globalización del arte y sus consecuencias. Desde su retiro en Galicia, una región conocida por su rica tradición cultural, la artista continúa desafiando las normas y explorando nuevas formas de expresión artística.
La trayectoria de Del Rivero ilustra cómo el papel del artista en la sociedad ha evolucionado desde el Renacimiento hasta la era digital. Su obra, que abarca desde el arte conceptual hasta la documentación de eventos históricos, demuestra la versatilidad y relevancia del arte en la comprensión y procesamiento de la experiencia humana contemporánea.
En un mundo donde la producción y distribución del arte se han transformado radicalmente, artistas como Del Rivero nos recuerdan la importancia de mantener una voz crítica y auténtica. Su presencia en una aldea gallega, lejos de los grandes centros artísticos, es un testimonio de la capacidad del arte para florecer en los lugares más inesperados.