El Partido Conservador, el partido político más antiguo del Reino Unido, se encuentra en una encrucijada crítica durante su conferencia nacional en Birmingham, la segunda ciudad más grande del país. La reunión anual, que tradicionalmente sirve para discutir políticas y estrategias, se ha visto ensombrecida por una crisis de liderazgo y una preocupante pérdida de votantes.
Según una encuesta realizada por Lord Michael Ashcroft, conocido por sus sondeos políticos, el 45% de los conservadores admite que su partido merecía perder las elecciones del 4 de julio de 2024. Más alarmante aún, el 52% de los votantes que apoyaron a Boris Johnson en 2019 han abandonado a los 'tories', con un 12% incluso optando por el Partido Laborista.
La situación se complica con el ascenso de Reform UK, fundado originalmente como el Partido del Brexit en 2018. Liderado por Nigel Farage, ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Reform UK ha captado la atención de uno de cada cuatro votantes conservadores. Este cambio en las preferencias electorales refleja la creciente importancia de temas como la inmigración en la política británica, un asunto controvertido durante décadas.
La lucha interna por el liderazgo del partido se ha intensificado, con cuatro candidatos compitiendo por el puesto: Kemi Badenoch y Robert Jenrick representando el ala dura, y James Cleverly y Tom Tugendhat como moderados. Esta división interna refleja las tensiones que han caracterizado al partido desde el Brexit, un tema que dominó la política británica desde 2016.
El ex secretario del Tesoro, Jeremy Hunt, advirtió a una audiencia desanimada: "No penséis que esos votantes van a volver automáticamente con nosotros". Esta declaración subraya la preocupación por la erosión del apoyo al partido, que ha estado en el poder desde 2010.
La posibilidad de una alianza o fusión con Reform UK ha ganado terreno, con el 35% de los votantes conservadores apoyando un pacto electoral entre ambos partidos. Esta situación refleja la naturaleza del sistema multipartidista británico, que permite la formación de coaliciones y alianzas.
Nigel Farage ha aprovechado la oportunidad para criticar a los candidatos conservadores, cuestionando sus posiciones sobre la inmigración. En particular, señaló la campaña de Kemi Badenoch en 2018 para aumentar la inmigración legal, un tema que ha sido central en las campañas de Reform UK y UKIP.
"Lo cierto es que el Partido Conservador está partido por el medio y que está completamente roto como marca política"
Esta crisis en el Partido Conservador se desarrolla en el contexto del sistema electoral británico de "first-past-the-post" y el modelo parlamentario de Westminster. El próximo líder del partido, que potencialmente podría convertirse en Primer Ministro sin una elección directa, enfrentará el desafío de unificar un partido dividido y recuperar la confianza de los votantes en un panorama político cada vez más fragmentado.