En el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, un establecimiento centenario ha logrado lo impensable: conquistar paladares al otro lado del mundo. La Churrería Manuel San Román, fundada en 1968, se ha convertido en un fenómeno viral en Corea del Sur, fusionando la tradición culinaria española con la cultura del K-pop.
Este éxito internacional no es casualidad. Los churros, originarios de China e introducidos en España por los portugueses, han sido durante siglos un manjar apreciado. Sin embargo, fue un simple video en Instagram, plataforma lanzada en 2010, lo que catapultó a esta churrería barcelonesa a la fama global.
La ubicación privilegiada de Manuel San Román, cerca de la Catedral de Barcelona (construida entre los siglos XIII y XV) y Las Ramblas (una avenida de 1.2 km de longitud), la convierte en un punto de encuentro ideal para turistas y locales. El metro de Barcelona, inaugurado en 1924, facilita el acceso con la cercana estación de Liceu, abierta en 1925.
La calidad de sus churros ha sido elogiada por miles de visitantes, otorgándole una puntuación de 4,3 en Google. Los comentarios destacan la textura perfecta: crujiente por fuera y esponjosa por dentro. Esta combinación, junto con el chocolate caliente (introducido en España en el siglo XVI), crea una experiencia gastronómica inolvidable.
El fenómeno "Hallyu" o la "ola coreana" ha jugado un papel crucial en la internacionalización de Manuel San Román. La industria del K-pop, que genera más de $5 mil millones anuales, ha sido un vehículo inesperado para la promoción de esta churrería. Jisoo, miembro del grupo Blackpink, compartió su experiencia en el local, desencadenando una avalancha de interés entre sus más de 68 millones de seguidores.
Este éxito viral ha llevado a la apertura de cinco locales en Seúl, replicando la fórmula de San Román. Es un ejemplo perfecto de cómo la gastronomía tradicional puede adaptarse y prosperar en la era digital. Con el 87% de la población surcoreana activa en redes sociales, el potencial de crecimiento es enorme.
La expansión internacional de Manuel San Román refleja una tendencia más amplia en el sector de la restauración español, que emplea a más de 1.7 millones de personas. El modelo de franquicia, que representa el 13% del PIB en España, ha permitido que esta pequeña churrería barcelonesa se convierta en embajadora cultural.
El éxito de Manuel San Román no solo beneficia a la empresa, sino que también contribuye al turismo de Barcelona, sector que representa el 12% del PIB de la ciudad y atrae a más de 30 millones de visitantes anualmente. La fusión de tradición culinaria, ubicación histórica y viralidad digital ha creado una receta perfecta para el éxito internacional.
"Aunque el reel de la cantante k-pop con más de 68 millones de seguidores nos catapultó a la fama, ya llevábamos muchos años triunfando entre los viajeros coreanos, atraídos al haber aparecido el local en un famoso programa de la televisión del país asiático."
Esta historia de éxito demuestra cómo un pequeño negocio familiar puede trascender fronteras en la era digital, llevando un pedacito de Barcelona a los rincones más lejanos del mundo.