China ha realizado una demostración de fuerza sin precedentes en más de cuatro décadas al lanzar un misil balístico intercontinental (ICBM) al Océano Pacífico. Este evento, que ocurrió el 25 de septiembre de 2024, marca la primera prueba pública de este tipo desde 1980, generando una ola de preocupación entre los países vecinos y la comunidad internacional.
El protagonista de esta prueba fue el DF-41, un misil presentado por primera vez en 2017 y considerado uno de los ICBM más avanzados tecnológicamente del mundo. Con un alcance estimado entre 12.000 y 15.000 kilómetros, este misil tiene la capacidad de alcanzar la costa de Estados Unidos. El Ministerio de Defensa chino informó que el misil, que transportaba una ojiva nuclear simulada, aterrizó con precisión en el área marítima predeterminada.
Es importante destacar que China realizó su primera prueba nuclear en 1964 y se unió al Tratado de No Proliferación Nuclear en 1992. La doctrina nuclear del país incluye una política de "no primer uso" y mantiene una estrategia de "disuasión mínima". Sin embargo, este lanzamiento ha reavivado las preocupaciones sobre la expansión del arsenal nuclear chino.
Países como Japón y Corea del Sur han expresado su inquietud ante esta demostración de poder militar. La tensión se ha incrementado en la región, especialmente en el Mar de China Meridional, que ha sido escenario de conflictos en los últimos años. Esta prueba recuerda a las provocaciones de Corea del Norte, aunque en un contexto diferente dado el estatus de China como potencia mundial.
El lanzamiento forma parte del entrenamiento militar anual de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación (EPL), establecida en 2015. Esta fuerza es responsable del arsenal de misiles convencionales y nucleares de China, y su modernización ha sido una prioridad en las últimas décadas.
Según un informe del Pentágono publicado en octubre de 2023, China podría tener alrededor de 1.500 ojivas nucleares para 2035. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) señala que, aunque Estados Unidos y Rusia siguen teniendo la mayor parte del arsenal nuclear mundial, China lidera la expansión en este ámbito.
"Este lanzamiento parte del entrenamiento militar anual de la fuerza de cohetes y sirve para probar eficazmente el rendimiento de las armas y el equipo, así como el nivel de entrenamiento de las tropas"
La falta de transparencia de China sobre su arsenal nuclear complica la evaluación de su potencial real. El gobierno de Xi Jinping ha sido acusado de ocultar sus verdaderas inversiones en el programa nuclear y de camuflar su gasto militar total.
Es notable cómo ha evolucionado la posición de China en términos de gasto militar. Hace 30 años, ocupaba el noveno lugar a nivel mundial. Hoy, es el segundo país que más invierte en defensa, solo superado por Estados Unidos. Este aumento refleja la modernización constante de las fuerzas armadas chinas desde la década de 1990.
El lanzamiento del DF-41 no solo demuestra el avance tecnológico de China en materia de misiles, sino que también subraya su creciente asertividad en el escenario internacional. Con su programa espacial estrechamente vinculado al desarrollo de misiles balísticos, China continúa desafiando el equilibrio de poder global, generando nuevos desafíos para la seguridad internacional y el control de armamentos.