Hizbulá intensifica ataques mientras Israel considera incursión en Líbano
Tras la muerte de Nasrala, Hizbulá continúa lanzando cohetes contra Israel. Netanyahu enfrenta presiones internas y externas mientras considera una operación terrestre limitada en el sur del Líbano.
La tensión en la frontera entre Israel y Líbano ha alcanzado niveles críticos en los últimos días. Hizbulá, la organización política y militar libanesa fundada en 1985, continúa lanzando cohetes contra territorio israelí, mientras que la Fuerza Aérea de Israel, considerada una de las más avanzadas del mundo, responde con ataques precisos en Líbano, Gaza y Yemen.
La situación se ha complicado tras la reciente eliminación del líder de Hizbulá, Hassan Nasrallah, quien había dirigido la organización desde 1992. Este golpe sin precedentes ha debilitado significativamente a la milicia, que recibe apoyo financiero y militar de Irán. Ahora, Israel considera la posibilidad de una incursión terrestre limitada en el sur del Líbano.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha ocupado el cargo en varios períodos desde 1996, se encuentra bajo presión de la administración Biden para evitar que las tropas israelíes crucen la Línea Azul, la demarcación establecida por la ONU en 2000 entre Líbano e Israel. Sin embargo, la presión interna para garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes es igualmente intensa.
"La única forma de que vuelvan los desplazados y podamos vivir con seguridad es que el ejército entre y acabe con las amenazas de Hizbulá al otro lado de la frontera"
Kiryat Shmona, una ciudad israelí ubicada a menos de 2 km de la frontera libanesa, ha estado prácticamente abandonada desde que Hizbulá intensificó sus ataques el 8 de octubre de 2023. La frontera entre Israel y Líbano, que se extiende por aproximadamente 120 km, se ha convertido en un punto focal de tensión.
Mientras tanto, Israel ha ampliado su alcance operativo, atacando objetivos de los hutíes en Yemen, a más de 2,000 km de distancia. Los hutíes, un grupo rebelde que controla gran parte de Yemen desde 2014, han respondido con amenazas de continuar sus acciones contra Israel.
En el ámbito político interno, Netanyahu ha recibido un impulso con la incorporación de Gideon Saar al gobierno. Saar, quien fue miembro del Likud antes de formar su propio partido en 2020, fortalece la posición de Netanyahu en la Knésset, el parlamento unicameral de Israel compuesto por 120 escaños.
La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos y Francia, que históricamente han actuado como mediadores en conflictos en Oriente Medio, observa con preocupación la escalada de tensiones. La posibilidad de una nueva operación terrestre israelí en Líbano evoca recuerdos de la ocupación de 18 años que terminó en 2000.
Mientras Israel se prepara para múltiples escenarios, la región permanece en vilo, consciente de que cualquier movimiento podría desencadenar un conflicto más amplio en un Oriente Medio ya volátil.
