La asociación empresarial guipuzcoana Adegi ha lanzado una advertencia sobre el debilitamiento del sector automotriz en la región. Esta alerta se basa en una encuesta reciente que revela que el 40,5% de las empresas metalúrgicas vinculadas a la fabricación de vehículos están experimentando una recesión.
Isabel Busto, presidenta de Adegi, ha aprovechado la presentación de la encuesta de coyuntura para destacar esta situación preocupante. A pesar de que el PIB de Guipúzcoa muestra un crecimiento del 1,8% en 2024, ciertos sectores están enfrentando dificultades similares a las vividas en los años 2021 y 2022, considerados "complicados".
Los datos específicos del sector automotriz son alarmantes. Se ha registrado una caída en la facturación del 2,2%, y el 54% de las empresas metalúrgicas reportan previsiones débiles en cuanto a pedidos. Este escenario se atribuye en gran medida al desplome industrial que están experimentando Alemania y Francia, los dos principales destinos de las exportaciones vascas.
Es importante destacar que en 2023, las exportaciones vascas a Alemania alcanzaron los 5.143 millones de euros, mientras que las ventas a Francia sumaron 4.876 millones. De los 10.046 millones de euros en exportaciones de Guipúzcoa, aproximadamente 2.000 millones correspondieron al sector metalúrgico.
Esta perspectiva contrasta notablemente con el mensaje de "estabilidad" transmitido por el vicelehendakari Mikel Torres en sus previsiones económicas para Euskadi. El Gobierno Vasco proyecta un crecimiento del 1,9% para 2024 y del 2,1% para 2025, anticipando además la creación de 15.000 nuevos puestos de trabajo y una reducción de la tasa de paro al 7%.
Sin embargo, es notable que el crecimiento económico vasco previsto para 2024 será significativamente menor que el del resto de España. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, anunció el 24 de septiembre que la economía española crecerá un 2,7% en 2024, y un 2,4% y 2,2% en 2025 y 2026, respectivamente.
Estas proyecciones servirán como base para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2025 y para el plan fiscal estructural que se enviará a Bruselas. Asimismo, el Gobierno Vasco utilizará sus previsiones de crecimiento como fundamento para la próxima reunión del Consejo Vasco de Finanzas, programada antes del 15 de octubre, que determinará la capacidad de gasto de las instituciones vascas para el próximo año.
Es crucial considerar estos datos en el contexto más amplio de la economía vasca. El País Vasco, conocido por su alto grado de industrialización y su fuerte tradición en sectores como la máquina-herramienta y la metalurgia, enfrenta ahora el desafío de adaptarse a las fluctuaciones del mercado global. La industria automotriz, que representa aproximadamente el 25% del PIB industrial vasco, juega un papel fundamental en esta ecuación.
La situación actual subraya la importancia de la diversificación económica y la inversión en innovación, áreas en las que el País Vasco ha mostrado fortaleza históricamente. La región cuenta con varios clústeres industriales que fomentan la competitividad y ha sido pionera en la implementación de modelos como la formación profesional dual.
A pesar de los desafíos actuales, el País Vasco mantiene una de las rentas per cápita más altas de España y un nivel de desempleo tradicionalmente más bajo que la media nacional. Estos factores, junto con su alto grado de autonomía en la gestión de las finanzas públicas, podrían proporcionar cierta resiliencia frente a las turbulencias económicas.
En conclusión, mientras Adegi advierte sobre las dificultades inmediatas en el sector automotriz, el Gobierno Vasco mantiene una perspectiva más optimista para la economía regional en su conjunto. El tiempo dirá cómo se desarrolla esta situación y qué medidas serán necesarias para mantener la fortaleza económica de Euskadi en un entorno global cada vez más desafiante.