Sara Blanco: La influencer nonagenaria que desafía al Parkinson

Sara Blanco, una mujer de 93 años, se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales, acumulando más de 300.000 seguidores en Instagram a pesar de enfrentar desafíos como la enfermedad de Parkinson y una sordera aguda. Su historia es un testimonio del poder del envejecimiento activo y la adaptación a las nuevas tecnologías.

El Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente al movimiento, no ha impedido que Sara mantenga una actitud positiva y enérgica. Su lema, "hay que morir de cualquier cosa, menos de aburrimiento", refleja su determinación de vivir plenamente a pesar de las dificultades.

La hija de Sara, Belén González, describe a su madre como una "máquina de producir ideas" y una emprendedora nata. Esta actitud emprendedora se ha trasladado al mundo digital, donde Sara ha encontrado una nueva pasión en las redes sociales. Instagram, lanzado en 2010, se ha convertido en su plataforma preferida para compartir contenido y conectar con personas de todas las edades.

"Empiezo a comprobar que hay seguidores en mi cuenta de Instagram que siguen mis consejos y eso me aporta una armonía extraordinaria"

La historia de Sara cobra relevancia en el contexto del envejecimiento poblacional en España. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se estima que para 2040, más de 14,2 millones de personas en España serán mayores de 65 años, representando el 27,4% de la población total. Este dato subraya la importancia de promover un envejecimiento activo y saludable.

Sara aprovecha su plataforma para alentar a otras personas mayores a mantenerse activas y sociales. "Les pido que lean, que escriban y que hagan amistades, pero fuera de casa, por favor", aconseja. Esta recomendación se alinea con los hallazgos científicos que sugieren que el aislamiento social en la vejez puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y depresión.

La pandemia de COVID-19 jugó un papel crucial en la transformación digital de Sara. Durante el confinamiento en Los Ángeles, donde se encontraba con sus hijas, descubrió en Instagram una forma de reinventarse y mantenerse conectada. Esta experiencia refleja cómo la crisis sanitaria aceleró la adopción de tecnologías digitales, especialmente entre las personas mayores.

A pesar de sus limitaciones físicas, Sara mantiene su pasión por la moda y el estilo. "Lo de llevar el pelo azul son cosas que sólo las hago desde que estoy aquí", comenta, refiriéndose a su presencia en Instagram. Esta actitud desafiante hacia las convenciones de la edad se alinea con la creciente industria de la moda para personas mayores, que está adaptándose a las necesidades y deseos de este grupo demográfico.

El Dr. Jesús Porta-Etessam, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), destaca la importancia del humor y la actitud positiva en la vejez: "Es importante tratar de potenciar tus relaciones sociales y afectivas evitando la incomunicación y el aislamiento social, tratar de tener siempre una actitud positiva, porque el buen humor y la risa fortalecen a tu cerebro".

La historia de Sara Blanco no solo inspira a las personas mayores, sino que también desafía los estereotipos sobre el envejecimiento. Su vida, que transcurre entre Marbella y Los Ángeles, demuestra que la edad no tiene por qué ser un obstáculo para disfrutar de nuevas experiencias y tecnologías. Como ella misma dice, refiriéndose a la posibilidad de asistir a un Centro de Día: "Todavía tengo 93 años y no es el momento. Algún día, a lo mejor voy".