Hizbulá planea sucesión y mantiene ofensiva contra Israel
Hizbulá prepara el relevo de Nasrala mientras continúa su campaña de cohetes contra Israel. El conflicto, que involucra a EE.UU., cumple 41 años en medio de devastación civil y esfuerzos de rescate en Líbano.
En el corazón del Líbano, un grupo de rescatistas se afana entre los escombros de lo que alguna vez fue un edificio de seis pisos. Esta escena desoladora en Ain el Dib es un testimonio silencioso del conflicto que sigue azotando la región. Mientras los socorristas descubren restos personales entre los escombros, la realidad de la guerra se hace palpable.
Hizbulá, la organización fundada en 1985 como respuesta a la ocupación israelí del sur del Líbano, se encuentra en un momento crucial. La preparación para la sucesión de su líder actual, Hassan Nasrallah, quien ha estado al frente desde 1992, marca un punto de inflexión para el grupo. Esta transición ocurre en un contexto de continua beligerancia, con Hizbulá manteniendo su campaña de lanzamiento de cohetes contra Israel.
El conflicto entre Estados Unidos y Hizbulá, que se remonta a 1983, ha moldeado significativamente la política regional durante más de cuatro décadas. Durante este tiempo, Hizbulá ha evolucionado de ser una milicia a convertirse en un actor político con representación en el parlamento libanés, mientras mantiene su brazo armado.
La organización, considerada terrorista por Estados Unidos desde 1997, ha desarrollado un arsenal significativo de cohetes y misiles, además de expandir sus capacidades para incluir operaciones cibernéticas y el uso de drones para reconocimiento y ataques. Este desarrollo militar ha sido posible en gran parte gracias al apoyo financiero y militar de Irán.
El impacto de este conflicto prolongado en la población civil es devastador. Los esfuerzos de rescate en curso en Ain el Dib son un recordatorio sombrío de los costos humanos. Mientras tanto, Hizbulá mantiene una extensa red de servicios sociales en el Líbano, lo que complica aún más su papel en la sociedad libanesa.
La influencia de Hizbulá se extiende más allá de las fronteras del Líbano. Su participación en la guerra civil siria y su presencia en varios países de América Latina demuestran el alcance global de la organización. Además, Hizbulá ha sido implicado en ataques terroristas fuera del Líbano y acusado de participar en actividades criminales internacionales, incluyendo el tráfico de drogas para financiar sus operaciones.
A medida que Hizbulá se prepara para una transición de liderazgo, el futuro del conflicto sigue siendo incierto. La organización, que opera su propio canal de televisión Al-Manar, continúa siendo un actor clave en la política regional y un punto focal en las tensiones entre Irán y Occidente.
La persistencia de este conflicto, con sus raíces profundas y ramificaciones internacionales, plantea desafíos significativos para la estabilidad regional y la seguridad global. Mientras los rescatistas continúan su sombría tarea en Ain el Dib, la necesidad de una resolución pacífica se hace cada vez más urgente.
