En una sesión del Congreso celebrada el 9 de octubre de 2024, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, presentó la política migratoria de su administración, enfrentándose a duras críticas de la oposición. El debate se centró en la importancia de la inmigración para el futuro económico y demográfico de España.
Sánchez inició su intervención abordando la delicada cuestión migratoria, señalando que las percepciones a menudo pesan tanto como las realidades. Acusó a partidos como el PP y Vox de utilizar este tema para generar división social. El presidente defendió la necesidad de la inmigración para contrarrestar el envejecimiento de la población, advirtiendo que España podría perder cuatro millones de personas en edad laboral en los próximos 25 años.
Entre las medidas anunciadas por Sánchez se incluyen:
- Solicitar a la Comisión Europea la activación anticipada del Pacto Migratorio para el verano de 2025
- Aprobar un Plan de Integración y Convivencia Intercultural
- Impulsar la Ley de Familias
- Abrir 6.000 nuevas plazas en centros de acogida
- Facilitar la homologación de títulos académicos de los países de origen
- Fomentar las contrataciones en origen
El presidente destacó la contribución de los inmigrantes a la economía española, afirmando que aportan el 10% de los ingresos a la Seguridad Social y utilizan los servicios públicos un 40% menos que los españoles. Además, subrayó su importancia en sectores como la agricultura, la construcción y la hostelería.
"Sin ellos sectores como la agricultura, la construcción y la hostelería se hundirían".
Por su parte, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, centró su réplica en criticar la ley que pretende rebajar las penas a condenados por terrorismo, calificándola de "bajeza moral". Feijóo acusó a Sánchez de mentir y pactar con Bildu la liberación de terroristas.
El debate sobre migración en España se enmarca en un contexto europeo más amplio. La Unión Europea ha estado trabajando en un sistema de asilo común desde 1999, y España se unió al espacio Schengen en 1995. La crisis migratoria europea alcanzó su punto álgido en 2015, lo que llevó a la creación de nuevas políticas y acuerdos, como el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular adoptado en 2018.
Sánchez concluyó su intervención instando a España a decidir entre ser un país "abierto y próspero" o "cerrado y pobre", reafirmando su compromiso con una política migratoria integradora y beneficiosa para el país.