Doñana en crisis: sequía y sobreexplotación amenazan su biodiversidad
Científicos alertan sobre la crítica situación en Doñana debido a la sequía y sobreexplotación del acuífero. La icónica laguna Santa Olalla se seca por tercer año consecutivo, amenazando la rica biodiversidad del parque.
La situación en el Parque Nacional de Doñana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, ha alcanzado un punto crítico. Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana (EBD), ha lanzado una alerta sobre la grave situación que enfrenta este ecosistema único.
La laguna de Santa Olalla, considerada la joya de las más de 3.000 lagunas del parque, se ha secado por tercer año consecutivo. Este fenómeno sin precedentes es resultado de una combinación de sequía prolongada y sobreexplotación del acuífero. Santa Olalla, con una profundidad máxima de 3 metros, solía mantener agua durante todo el año, siendo crucial para la biodiversidad acuática del parque.
La crisis hídrica no se limita a Santa Olalla. La laguna de la Dulce, anteriormente permanente, también se ha secado completamente. Estudios recientes revelan que el 60% de las lagunas existentes en los años 80 del siglo pasado han desaparecido, mientras que las restantes experimentan periodos de inundación más cortos y menos frecuentes.
El impacto de esta situación en la fauna es devastador. Doñana, hogar de más de 300 especies de aves y punto clave en las rutas migratorias entre Europa y África, ve amenazada su rica biodiversidad. Los anfibios y reptiles acuáticos son los más afectados, con una disminución general en la presencia de 11 especies de anfibios comparado con hace 18 años. Las poblaciones de galápagos autóctonos, tanto el europeo como el leproso, están al borde de la desaparición.
El acuífero de Doñana, que se extiende por unos 3.400 km², muestra signos alarmantes de agotamiento. Javier Bustamante, investigador de la EBD-CSIC, señala que las imágenes aéreas muestran cómo la vegetación terrestre invade las orillas de Santa Olalla y su isla central, un cambio que podría ser irreversible.
La situación actual amenaza no solo a las especies acuáticas, sino también a emblemáticos habitantes del parque como el lince ibérico, el águila imperial ibérica y el flamenco rosa. Doñana, que alberga la mayor población de águila imperial ibérica del mundo, ve peligrar su estatus como uno de los últimos refugios para especies en peligro de extinción.
Los científicos advierten que la acción humana directa, especialmente cerca de los cultivos de regadío intensivo y la localidad turística de Matalascañas, está interfiriendo con el ciclo natural de las lagunas. El nivel freático ha descendido de 7,5 metros en 2020 a 9 metros en 2024, una profundidad nunca antes registrada.
Es imperativo tomar medidas urgentes para preservar este ecosistema único que alberga más de 900 especies de plantas vasculares y es visitado por más de 6 millones de aves acuáticas cada año. La conservación de Doñana no solo es crucial para la biodiversidad local, sino también para mantener el delicado equilibrio ecológico de una de las áreas naturales más importantes de Europa.
