La sociedad española experimenta un cambio curioso en el ambiente laboral: ya no somos tan “peseteros“ como antes (un término que ni siquiera se adaptó a la era del euro)
El concepto de bienestar-laboral domina las conversaciones sobre empleo actualmente; sin embargo existe una contradicción notable - mientras las compañías hablan de cultura empresarial y desarrollo profesional nadie quiere tocar el tema del dinero
Las empresas españolas enfrentan un dilema interesante: dicen que no encuentran personal cualificado pero evitan hablar de compensación económica durante los procesos de selección. Los departamentos de recursos-humanos prefieren destacar otros beneficios: horario-flexible trabajo-remoto y ambiente-positivo
- Desarrollo profesional
- Flexibilidad horaria
- Ambiente de trabajo
- Beneficios sociales
- Formación continua
Esta situación genera un círculo-vicioso donde los candidatos no se atreven a preguntar por el sueldo (pensando que parecerán interesados solo en el dinero) y las empresas aprovechan para mantener ofertas poco-competitivas
El mercado laboral español mantiene esta dinámica peculiar - todos saben que el salario es importante pero nadie quiere ser el primero en mencionarlo; como resultado las negociaciones se vuelven un baile incómodo donde ambas partes evitan el tema principal