En un giro inesperado de acontecimientos, una pareja de empleados del Instituto para las Obras de Religión (IOR), comúnmente conocido como el Banco Vaticano, ha sido despedida tras contraer matrimonio. Este caso sin precedentes ha puesto de manifiesto las complejas políticas laborales dentro del estado más pequeño del mundo.
El IOR, fundado en 1942 por el Papa Pío XII, notificó a los recién casados la terminación inmediata de su relación laboral el pasado lunes, apenas un mes después de su boda celebrada el 31 de agosto de 2024. La pareja, bautizada por los medios locales como los 'Romeo y Julieta' del Vaticano, se vio afectada por una nueva normativa que prohíbe la contratación de cónyuges en la institución.
La abogada de la pareja, Laura Sgrò, ha impugnado el despido, argumentando que es "nulo, ilegítimo y gravemente lesivo de los derechos fundamentales de las personas y de los trabajadores". Este caso podría sentar un precedente significativo en la política laboral del Vaticano, un estado que, a pesar de su tamaño de apenas 0,44 km², cuenta con un sistema judicial propio que incluye tribunales civiles y penales.
Es importante destacar que el IOR no es un banco convencional. Con activos que rondan los 5.000 millones de euros, no otorga préstamos y no tiene sucursales fuera del Vaticano. En 2019, el Papa Francisco aprobó nuevos estatutos para la institución, buscando modernizar sus operaciones.
La pareja, que se conoció en el trabajo, comunicó su intención de casarse a principios de 2024, antes de que entrara en vigor la nueva normativa. A pesar de los intentos de mediación por parte de la Asociación de Empleados Laicos del Vaticano (ADLV), que cuenta con más de 600 miembros, y de una solicitud de ayuda dirigida al Papa Francisco en agosto de 2024, el IOR procedió con el despido.
"Ninguno de los dos recibió propuestas del IOR para cambiar de sector (que habrían aceptado de buen grado) ni se les ha ofrecido traslado a otra institución vaticana. En cualquier caso, ambas soluciones habrían estado prohibidas por el nuevo Reglamento del IOR"
Este caso ha generado un debate sobre la justicia y actualidad de las normativas laborales en el Vaticano, un estado que, a pesar de su antigüedad, se enfrenta a desafíos modernos en cuanto a políticas de empleo. Es interesante notar que, mientras el Vaticano mantiene tradiciones centenarias como la Guardia Suiza Pontificia, que protege al Papa desde 1506, también se adapta a los tiempos modernos, como lo demuestra la decisión de dejar de vender cigarrillos en 2013 para promover la salud.
El desenlace de este caso, que se resolverá en el Tribunal de la Santa Sede, podría tener implicaciones significativas para los aproximadamente 825 habitantes del Vaticano, muchos de los cuales trabajan en las diversas instituciones del estado, desde Radio Vaticano hasta la Biblioteca Apostólica Vaticana, que alberga más de 1,6 millones de libros impresos.
Mientras tanto, el IOR ha defendido su posición, afirmando que su objetivo es "exclusivamente garantizar condiciones de igualdad de trato entre el personal". Sin embargo, este caso plantea interrogantes sobre cómo equilibrar las tradiciones y la modernización en el corazón de la Iglesia Católica.