María Esteve, nacida en Mar del Plata, Argentina, en 1974, siempre supo que su destino estaba en el mundo del espectáculo. Hija de la reconocida cantante y actriz Marisol (Pepa Flores) y del legendario bailarín de flamenco Antonio Gades, Esteve comenzó su carrera artística a los 18 años, utilizando su apellido materno para evitar asociaciones con sus famosos padres.
Su trayectoria como actriz despegó rápidamente, alcanzando un hito importante en 1999 cuando fue nominada a los Premios Goya por su actuación en "Nada en la nevera". Tres años después, en 2002, protagonizó "El otro lado de la cama", una comedia musical que se convirtió en un éxito de taquilla y le valió otra nominación a los prestigiosos premios de la Academia de Cine Española.
Sin embargo, en 2004, Esteve decidió hacer una pausa en su carrera actoral para dedicarse a otra de sus pasiones: la danza. Tras el fallecimiento de su padre, Antonio Gades, asumió la responsabilidad de gestionar su legado cultural junto con la viuda del bailarín. La Fundación Antonio Gades, creada por el propio artista, se convirtió en el foco de sus esfuerzos, permitiéndole difundir el patrimonio cultural del flamenco por todo el mundo.
"En los últimos años he priorizado la fundación. Con ella recorremos el mundo difundiendo el patrimonio cultural a través de la danza y las obras de mi padre"
Recientemente, Esteve ha retomado su carrera como actriz, equilibrando cuidadosamente sus compromisos con la fundación y sus nuevos proyectos cinematográficos. Entre sus próximos estrenos se encuentran "Viaje de fin de curso" y la muy esperada "Todos os lados de la cama", prevista para el verano de 2025.
En cuanto a su vida personal, la actriz valora enormemente la tranquilidad del hogar y la buena gastronomía. Confiesa ser una excelente cocinera, aunque admite que su agitado ritmo de vida a menudo le impide dedicar el tiempo necesario a la cocina. Entre sus platos favoritos destaca el rabo de toro, un platillo tradicional de la cocina española, especialmente popular en Andalucía.
Esteve también comparte su amor por la fruta, mencionando su debilidad por los higos chumbos y las brevas, a pesar de saber que su consumo excesivo puede causarle malestar. Como curiosidad, la actriz revela ser celíaca, lo que la obliga a comprar pan sin gluten, generalmente más costoso debido a sus ingredientes especiales y proceso de producción.
La artista valora enormemente los momentos de tranquilidad en casa con su familia y amigos, especialmente después de los intensos viajes con la compañía de danza. Recuerda con cariño las cenas de su infancia, destacando platos sencillos como filetes empanados y espaguetis con tomate, un plato básico de la cocina italiana que se ha popularizado en todo el mundo.
En cuanto a sus preferencias gastronómicas actuales, Esteve menciona el Mercado de la Reina, un conocido restaurante en la Gran Vía de Madrid, como uno de sus lugares favoritos. También disfruta de la cocina de los chiringuitos en El Palo, un barrio costero de Málaga conocido por su pescado fresco.
La actriz se muestra reflexiva sobre temas como la fama, la política y las relaciones personales. Destaca la importancia de mantener una actitud positiva y evitar las quejas constantes, valorando la salud propia y la de sus seres queridos como su "momento más dulce".
María Esteve continúa su camino en el mundo del espectáculo, honrando el legado de sus padres mientras forja su propio camino. Su regreso a la actuación, combinado con su trabajo en la Fundación Antonio Gades, promete mantenerla en el centro de la escena cultural española en los próximos años.