El nombre Ayaan Hirsi Ali esconde una curiosa paradoja: en idioma somalí significa buena-suerte‚ aunque su temprana vida estuvo lejos de ser afortunada
Su niñez transcurrió bajo estrictas normas religiosas (algo que marcó profundamente su desarrollo personal); sin embargo esta experiencia forjó su carácter de manera inesperada. La vida en Somalia presentaba muchos desafios‚ pero ella siempre mantuvo una mente abierta hacia nuevas posibilidades
En un momento decisivo de su existencia Hirsi Ali tomó el control de su destino: sus decisiones audaces la transformaron en una persona libre — un cambio que definió su futuro rol como activista. Hoy ella dedica su vida a defender los derechos de las mujeres y la libertad de expresión‚ temas que conoce de primera-mano