Inés Rodríguez, una joven logopeda de 25 años con parálisis cerebral, se ha convertido en una voz influyente en la lucha por la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad en España. Su nombramiento como embajadora de la Fundación Adecco coincide con la proximidad del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, que se conmemora el 6 de octubre.
La parálisis cerebral, que afecta a aproximadamente 17 millones de personas en todo el mundo, es la discapacidad física más común en la infancia. A pesar de los desafíos que presenta, Rodríguez ha logrado desarrollar una carrera exitosa como logopeda, especializándose en el tratamiento de pacientes adultos con afectaciones del lenguaje debido a daños cerebrales.
En el ámbito laboral, Rodríguez reconoce su fortuna al poder ejercer su profesión, una realidad que no todos comparten. La tasa de desempleo entre personas con discapacidad es significativamente mayor que en la población general, un hecho que ella aborda en su activismo.
"El foco no debería estar en ellos sino en el entorno. Bastante tenemos con lo que tenemos en nuestro día a día, como para que tengamos esa complicación. Muchos no llegarán ni a la entrevista de trabajo."
La presencia de Rodríguez en redes sociales, donde cuenta con 300.000 seguidores entre Instagram y TikTok, le proporciona una plataforma poderosa para educar y derribar prejuicios. Además, su participación en el programa televisivo "El Intermedio" de LaSexta amplía su alcance en la divulgación sobre la discapacidad.
En cuanto a la representación de la discapacidad en los medios, Rodríguez celebra los avances recientes, aunque reconoce que aún queda mucho por hacer. La inclusión en el cine y la televisión ha aumentado, pero sigue siendo limitada en comparación con la diversidad real de la sociedad.
Rodríguez aboga por un enfoque equilibrado en la percepción de las personas con discapacidad, rechazando tanto el paternalismo como la idealización. "Cubrirnos de bondad es paternalismo. Podemos ser unos cabrones, como todo el mundo y ponernos en un pedestal no nos ayuda", afirma.
En su vida personal, Rodríguez destaca la importancia de la educación inclusiva, habiendo asistido a colegios ordinarios desde los 5 años. Esta experiencia, junto con el apoyo de su familia, ha sido fundamental en su desarrollo y en la formación de su perspectiva sobre la discapacidad.
La joven activista también aborda temas como la sexualidad y las relaciones, áreas que a menudo son tabú cuando se trata de personas con discapacidad. Rodríguez enfatiza que sus relaciones personales no están definidas por su discapacidad y que esta incluso actúa como un "filtro" para alejar a personas poco comprensivas.
En conclusión, Inés Rodríguez representa una nueva generación de personas con discapacidad que están tomando el control de sus narrativas y luchando por una sociedad más inclusiva. Su mensaje es claro: la discapacidad es solo una parte de la identidad de una persona y no debe ser un obstáculo para la plena participación en todos los aspectos de la vida.