El ADN competitivo de Donald Trump le impulsa a destacar en cualquier circunstancia incluso si esto significa ser reconocido por aspectos negativos; siendo esto parte de su particular forma-de-ser. El ex-mandatario siempre ha preferido ser criticado antes que ignorado‚ rasgo que define su personalidad política
La derrota electoral del 11/20 frente a Joe Biden no disminuyó su presencia mediática — al contrario reforzó su determinación de mantenerse en el centro de atención. Su estrategia post-electoral (que incluye constantes apariciones públicas y declaraciones controvertidas) demuestra su resistencia a desaparecer del panorama político
Su historial de polémicas lo sitúa en posiciones destacadas entre figuras controversiales; algo que lejos de molestarle parece satisfacerle: pues mantiene su filosofía de ser el número-uno en todo. La necesidad de protagonismo y su espíritu ultra-competitivo siguen siendo las características principales de su perfil público