En una conferencia celebrada hoy en Bruselas, Mario Draghi ha reiterado la necesidad de que Europa invierta anualmente 800.000 millones de euros para impulsar su economía y productividad. El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) y ex primer ministro italiano considera esta cifra como una "estimación conservadora" crucial para "mantener el Estado de Bienestar".
Draghi enfatizó: "No podemos renunciar a crecer, no podemos decir no a crecer. Este nivel de inversión se va a producir. Tal vez nos llevará un tiempo, pero se dará". Esta declaración se produce en un contexto donde la Unión Europea enfrenta desafíos significativos, incluyendo una población en declive y una creciente brecha económica con Estados Unidos y China.
El documento que guiará la política económica de la Comisión Von der Leyen, presentado a principios de este mes, destaca: "Somos un continente bastante rico pero con una población en declive". Se proyecta que para 2040, la población activa de la UE disminuirá en cerca de dos millones de trabajadores anualmente, cambiando la proporción entre trabajadores y jubilados de 3:1 a 2:1.
Draghi advirtió sobre las consecuencias de no actuar: "No tendremos dinero para todas las necesidades", reiterando su preocupación por una posible "lenta agonía" económica.
La propuesta de inversión de 800.000 millones ha generado debate en la capital comunitaria. Aunque existe un consenso sobre el diagnóstico, la financiación sigue siendo un punto de controversia. El informe sugiere una combinación de fondos públicos y privados, incluyendo la posibilidad de emitir deuda pública comunitaria, una idea que genera resistencia en varios países del norte de Europa.
En cuanto al comercio, Draghi argumentó que la UE no puede "construir un muro proteccionista" ni replicar las políticas de China o Estados Unidos. "No podemos y no seríamos capaces de hacerlo incluso si quisiéramos porque nos perjudicaríamos a nosotros mismos", señaló, recordando que el 50% del PIB europeo proviene del comercio. Sin embargo, criticó las prácticas desleales en el extranjero, abogando por una revisión integral de las normas de la Organización Mundial del Comercio.
Estas declaraciones coinciden con la inminente decisión de la UE sobre posibles aranceles a los vehículos eléctricos chinos, prevista para el próximo viernes. A pesar de la oposición de España, Alemania y Hungría, fuentes comunitarias anticipan que los aranceles serán aprobados.
La propuesta de Draghi se enmarca en un contexto más amplio de desafíos económicos y demográficos para la UE. Con una tasa de natalidad en declive desde la década de 1960 y una esperanza de vida que ha aumentado más de 10 años desde 1960, Europa enfrenta un cambio demográfico significativo. Además, la UE busca mantener su posición como el mayor bloque comercial del mundo, representando alrededor del 15% del comercio global, mientras implementa ambiciosas iniciativas como el Pacto Verde Europeo para alcanzar la neutralidad climática para 2050.