En un sorprendente contraste con la retórica política habitual, el debate vicepresidencial entre Tim Walz y JD Vance se desarrolló con una calma inusual, reflejando las características del Medio Oeste estadounidense. Este "duelo del Medio Oeste" demostró que la política puede ser civilizada incluso en tiempos de polarización.
Tim Walz, representante del estado de Minnesota, conocido como el "Estado del Norte Estrella", y JD Vance, autor y político de Ohio, apodado el "Estado Buckeye", mostraron un comportamiento que recordó a la famosa "amabilidad de Minnesota". Esta actitud contrasta notablemente con la ferocidad política a la que los estadounidenses se han acostumbrado en los últimos años.
El debate se caracterizó por la ausencia de ataques personales, centrándose en temas sustanciales. Vance adoptó una postura más agresiva, haciendo afirmaciones cuestionables sobre inmigración y quejándose cuando se le corrigió. "¡Las reglas decían que no se iba a hacer fact-checking!", exclamó en un momento de frustración.
Por su parte, Walz mantuvo una estrategia tranquila, reminiscente del fallecido Harry Reid, conocido por su habilidad para ganar elecciones a pesar de aparentemente perder debates. Esta táctica podría ser efectiva, considerando que Walz ha mantenido una carrera política exitosa desde 2010.
Entre los momentos destacados, Walz comentó irónicamente sobre la diplomacia moderna: "Tuitear es el procedimiento diplomático habitual". Vance, por su parte, expresó escepticismo hacia los expertos, afirmando que "no vamos a escuchar a los expertos" en política económica o sanitaria.
El debate también tocó temas controvertidos. Vance sugirió que "muchas de las medicinas que los estadounidenses ponemos en nuestros cuerpos están siendo fabricadas en países que nos odian", una declaración que podría interpretarse como oposición a las vacunas. Walz admitió haber mentido sobre su presencia en Hong Kong durante los eventos de la plaza de Tiananmen en 1989, reconociendo: "A veces soy un zoquete".
Mientras tanto, el ex presidente Donald Trump comentaba en su plataforma Truth Social, criticando a las moderadoras Norah O'Donnell y Margaret Brennan, a quienes llamó erróneamente "chicas jóvenes", a pesar de tener 50 y 44 años respectivamente.
Este debate vicepresidencial, una tradición en las campañas presidenciales estadounidenses, demostró que aún es posible tener discusiones políticas civilizadas. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿será suficiente este enfoque calmado para influir en las elecciones del 5 de noviembre de 2024?
"¡Las dos chicas jóvenes con unas presentadoras extremadamente sesgadas!"
Con Ohio como estado "swing" y Minnesota votando consistentemente por demócratas desde 1976, el impacto de este debate en las elecciones presidenciales está por verse. Lo que queda claro es que el Medio Oeste ha demostrado que la política puede ser civilizada, incluso en los tiempos más turbulentos.