En una reciente rueda de prensa celebrada el 24 de septiembre de 2024 en el estado de Carabobo, el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, ha expresado su firme rechazo a lo que denomina "injerencia española" en los asuntos internos de Venezuela. Esta declaración surge como respuesta a la petición del Congreso español de reconocer al opositor Edmundo González como presidente electo del país sudamericano.
Cabello, nacido en 1963 y figura prominente en la política venezolana, criticó duramente la postura de España, acusándola de mantener una actitud de superioridad e imperialismo. "Se creen superiores, se creen imperio", afirmó el ministro, rechazando cualquier intento de intervención extranjera en los asuntos venezolanos.
El político venezolano hizo hincapié en la soberanía nacional, un principio fundamental establecido en la Constitución de Venezuela de 1999. Declaró que su país no acepta "injerencia de nadie: ni de España, ni de la Unión Europea ni de Estados Unidos". Esta postura refleja la larga historia de resistencia de Venezuela contra la influencia extranjera, que se remonta a su independencia de España en 1811.
Cabello aprovechó la oportunidad para criticar la historia colonial española en Venezuela, que comenzó en 1498 con la llegada de Cristóbal Colón y se extendió hasta 1811. Acusó a los colonizadores españoles de masacrar a los pueblos indígenas y de acusarlos falsamente de canibalismo, una práctica común durante la colonización para justificar la opresión.
En un giro sorprendente, el ministro venezolano reivindicó a África como la "madre patria" de Venezuela, desafiando la noción tradicional de España como tal. Esta declaración puede interpretarse como un reconocimiento de la influencia africana en la cultura venezolana, considerando que África es considerada por muchos antropólogos como la cuna de la humanidad.
Cabello también abordó temas contemporáneos, expresando preocupación por el auge del fascismo en España. Hizo referencia al papel histórico de Rusia (como Unión Soviética) en la derrota del fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, sugiriendo la posibilidad de una intervención similar en el futuro.
El ministro concluyó su intervención con un mensaje contundente: "¿Injerencia española? Se vayan a comer un dulce", reafirmando la posición de Venezuela contra cualquier intromisión extranjera en sus asuntos internos.
Esta situación se enmarca en el contexto más amplio de la crisis política venezolana, que ha sido objeto de atención internacional desde principios del siglo XXI. La postura de Cabello refleja la tensión continua entre Venezuela y las potencias occidentales, incluida España, en temas de democracia y soberanía nacional.
"España no tiene nada que buscar en América. Que se preocupe de arreglar sus problemas"
Es importante recordar que estas declaraciones se producen en un momento de creciente escrutinio internacional sobre la situación política en Venezuela, y reflejan la compleja relación entre el país sudamericano y su antigua metrópoli colonial.