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Avance revolucionario: Mujer china produce insulina tras trasplante de células madre

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Una mujer china con diabetes tipo 1 logra producir insulina después de un innovador trasplante de células madre reprogramadas. Este hito médico abre nuevas posibilidades para el tratamiento de la enfermedad.

En un avance médico sin precedentes, una mujer china de 25 años con diabetes tipo 1 ha logrado producir su propia insulina tras recibir un trasplante de células madre reprogramadas. Este hito, publicado recientemente en la revista Cell, marca un punto de inflexión en el tratamiento de esta enfermedad autoinmune que afecta al páncreas.

El procedimiento, realizado en junio de 2023 en Tianjin, China, utilizó células autólogas de islotes derivadas de células madre pluripotentes inducidas químicamente (islotes CiPSC). Estas células fueron trasplantadas debajo de la vaina del recto anterior abdominal, una localización novedosa que permite un mejor seguimiento del injerto.

La paciente alcanzó la independencia de insulina 75 días después del trasplante, manteniendo niveles estables de glucosa en sangre durante más del 98% del día. Este logro se ha sostenido por más de un año, sin complicaciones aparentes.

Este avance se suma a una serie de estudios pioneros que utilizan células madre para tratar la diabetes, una enfermedad que afecta a cerca de 500 millones de personas en todo el mundo. La mayoría de los casos son de tipo 2, pero la diabetes tipo 1, que representa entre el 5-10% de todos los casos, ha sido particularmente desafiante de tratar debido a su naturaleza autoinmune.

El equipo de investigación, liderado por Shusen Wang del Instituto de Investigación de Medicina de Trasplantes de Tianjin, utilizó una técnica modificada de reprogramación celular. Esta técnica, basada en el trabajo del Dr. Shinya Yamanaka, quien descubrió las células iPS en 2006, permite generar células madre pluripotentes a partir de células adultas.

La innovación clave en este estudio fue el uso de pequeñas moléculas para inducir la reprogramación, en lugar de las proteínas utilizadas tradicionalmente. Este enfoque ofrece un mayor control sobre el proceso y potencialmente reduce los riesgos asociados.

El trasplante en sí duró menos de media hora y consistió en la inyección de aproximadamente 1,5 millones de islotes en los músculos abdominales de la paciente. Esta localización permite un monitoreo más fácil mediante imágenes por resonancia magnética y la posibilidad de retirar las células si fuera necesario.

Es importante destacar que este tratamiento aún está lejos de ser una "cura" generalizada para todos los pacientes con diabetes tipo 1. Los investigadores enfatizan la necesidad de más estudios clínicos a largo plazo para evaluar la seguridad y eficacia del procedimiento.

"Ahora puedo comer azúcar. Ha pasado más de un año desde el trasplante y sigo disfrutando comiendo de todo, especialmente estofado".

La paciente comenta:

El Dr. Jay Skyler, endocrinólogo e investigador de diabetes tipo 1 en la Universidad de Miami, califica los resultados como "intrigantes" pero subraya la importancia de replicar el estudio en más personas y observar si la producción de insulina se mantiene durante al menos cinco años antes de considerar a la paciente "oficialmente curada".

Este avance se basa en décadas de investigación en el campo de la diabetes. Desde el descubrimiento de la insulina en 1921 por Frederick Banting y Charles Best, hasta el desarrollo de la insulina humana sintética en 1978 y la aprobación del páncreas artificial en 2016, cada paso ha acercado a los científicos a una solución duradera para esta enfermedad crónica.

La terapia con células madre para la diabetes ha mostrado resultados prometedores en modelos animales desde principios de los 2000, y este estudio representa un paso significativo en su aplicación clínica. Además, la investigación sobre la encapsulación de células productoras de insulina, que comenzó en la década de 1980, podría complementar este enfoque en el futuro.

Aunque queda mucho camino por recorrer, este estudio ofrece esperanza a millones de personas que viven con diabetes tipo 1. La combinación de avances en terapia celular, ingeniería genética y tecnología médica promete un futuro donde la diabetes pueda ser manejada de manera más efectiva, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.

Asela Crespo Galván