La supervivencia en Gaza: Una lucha diaria entre escombros y esperanza

En medio del conflicto, la historia de Mustafa Mazen Abu Asem refleja la realidad de Gaza. Sobreviviente entre ruinas, su experiencia ilustra la lucha diaria de una población asediada por la guerra y la escasez.

6 de octubre 2024, 21:09  •  13 vistas

La supervivencia en Gaza: Una lucha diaria entre escombros y esperanza

En la Franja de Gaza, donde la densidad poblacional es una de las más altas del mundo, la vida de Mustafa Mazen Abu Asem se ha convertido en un símbolo de resistencia y supervivencia. A sus 27 años, este joven palestino emergió de entre los escombros tras ser herido el 17 de octubre de 2024, diez días después del inicio de lo que él describe como un "infierno".

El conflicto actual, desencadenado por el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre, ha sumido a Gaza en una crisis humanitaria sin precedentes. Con más del 60% de la población viviendo bajo el umbral de pobreza y una tasa de desempleo que supera el 50%, la situación ya era precaria antes de esta escalada de violencia.

Mustafa se encontró hacinado en un hospital improvisado, reflejo de un sistema de salud que enfrenta desafíos crónicos debido al bloqueo impuesto desde 2007. La escasez de medicamentos y suministros médicos es crítica, agravada por el hecho de que el 97% del agua en Gaza no es apta para consumo humano.

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La experiencia de Mustafa no es única. En un territorio de apenas 365 kilómetros cuadrados, más del 40% de la población tiene menos de 14 años, enfrentando un futuro incierto. La electricidad, disponible solo unas horas al día, complica aún más la vida cotidiana y la atención médica.

A pesar de estos desafíos, Gaza mantiene una tasa de alfabetización superior al 95%, un testimonio de la resiliencia de su pueblo. Sin embargo, industrias tradicionales como la pesca, vital en esta costa mediterránea de 40 kilómetros, se ven severamente restringidas por el bloqueo marítimo.

La guerra actual ha exacerbado problemas preexistentes. La agricultura, ya afectada por la escasez de agua y las restricciones de acceso a la tierra, enfrenta nuevos obstáculos. El paso de Erez, principal punto de cruce con Israel, se ha convertido en un símbolo de aislamiento.

En medio de la destrucción, Gaza conserva una rica historia de más de 3000 años, con sitios arqueológicos importantes como el monasterio de San Hilarión. Estos vestigios del pasado contrastan dramáticamente con la realidad actual de una población luchando por sobrevivir entre ruinas.

La historia de Mustafa y la de Gaza son un recordatorio de la urgente necesidad de una solución pacífica y duradera. Mientras tanto, la población, como espectros rodeados de infortunio, continúa su lucha diaria por la supervivencia, esperando que algún día la paz prevalezca sobre el conflicto.