Hospital de Nabatiye: En la línea de fuego del conflicto israelo-libanés

El hospital Al Najdeh Al Chaabiyeh, ubicado en Nabatiye, una ciudad predominantemente musulmana chiíta en el sur del Líbano, se encuentra una vez más en el centro de la tensión regional. Inaugurado en 1989, este centro médico ha sido testigo de la turbulenta historia del país, incluyendo la guerra civil que asoló el Líbano de 1975 a 1990.

La proximidad renovada de la línea de frente ha traído consigo una serie de desafíos para la población local y el sistema de salud. Los bombardeos israelíes han dejado su huella en la infraestructura de la región, afectando particularmente la carretera que conecta la costa libanesa con Nabatiye. Esta situación recuerda a los eventos de la guerra del Líbano de 2006, que causó graves daños en todo el país.

El tráfico en la autopista hacia Sidón, una antigua ciudad costera con uno de los puertos más antiguos del Mediterráneo, ha disminuido significativamente. Esta reducción en la movilidad refleja la creciente preocupación de los civiles ante la escalada del conflicto.

El sistema de salud libanés, que ya enfrentaba múltiples desafíos debido a la crisis financiera de 2019 y la presión adicional de acoger a numerosos refugiados sirios, se ve ahora bajo una tensión aún mayor. A pesar de que Líbano cuenta con una de las tasas más altas de médicos per cápita en la región, la situación actual pone a prueba la capacidad de respuesta del sector sanitario.

El contexto geopolítico de la región juega un papel crucial en esta crisis. Líbano, que comparte fronteras con Israel y Siria, ha sido escenario de numerosos enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, una organización política y militar con fuerte presencia en el sur del país. La UNIFIL, presente en la zona desde 1978, continúa sus esfuerzos por mantener la estabilidad en un área marcada por décadas de conflicto.

La economía libanesa, tradicionalmente dependiente del sector servicios y el turismo, se ve nuevamente amenazada por esta escalada de tensiones. La agricultura, particularmente el cultivo de olivos en el sur, también podría verse afectada, agravando aún más la situación económica del país.

El río Litani, el más largo de Líbano, que fluye cerca de Nabatiye, es un recordatorio silencioso de la riqueza natural del país, contrastando con la volatilidad de su situación política. El sistema confesional libanés, que divide el poder entre diferentes grupos religiosos, añade otra capa de complejidad a la resolución del conflicto.

En medio de esta crisis, el cedro, símbolo nacional que adorna la bandera libanesa, permanece como un emblema de resistencia y esperanza para un pueblo que ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de su historia.