En un rincón discreto del puerto de Palma, lejos de las miradas curiosas de los turistas, se encuentra una muestra impresionante de riqueza flotante. Dos de los titanes de la tecnología, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, han anclado sus lujosos yates, valorados en más de 300 millones de euros, en esta joya del Mediterráneo.
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha llegado a la isla con su impresionante embarcación, un testimonio del éxito de la red social que creó en 2004 mientras estudiaba en Harvard. Por su parte, Jeff Bezos, el visionario detrás de Amazon, fundada en 1994 como una modesta librería en línea, ha atracado su supervelero 'Koru' junto a su pareja.
Estos yates de élite, que a menudo cuentan con helipuertos, piscinas y gimnasios a bordo, representan la cúspide de la industria náutica de lujo, un sector que genera miles de millones de euros anualmente. La construcción de estas maravillas flotantes puede llevar varios años y su mantenimiento anual supone un coste de millones de euros.
Mallorca, la mayor de las Islas Baleares con sus 3.640 km² y más de 300 días de sol al año, se ha convertido en un imán para celebridades y millonarios. El puerto de Palma, con una historia que se remonta a la época romana, ahora acoge a estas embarcaciones de vanguardia, algunas de las cuales superan los 100 metros de eslora.
La presencia de estos gigantes del mar no pasa desapercibida en una isla donde el turismo es la principal fuente de ingresos. La industria náutica juega un papel crucial en la economía balear, y estas visitas de alto perfil subrayan su importancia. Sin embargo, también generan debate sobre la desigualdad económica y el impacto ambiental.
Estos superyates no son solo símbolos de opulencia; también son maravillas tecnológicas. Muchos cuentan con sistemas de estabilización avanzados, propulsión híbrida o eléctrica, y medidas de seguridad de última generación. Sus interiores personalizados rivalizan con los hoteles más lujosos del mundo.
La discreta ubicación de estas embarcaciones en el puerto refleja el deseo de privacidad de sus propietarios. A pesar de su tamaño imponente, permanecen ocultas a la vista del público general, creando un contraste fascinante entre el lujo extremo y la sencillez de la vida cotidiana en la isla.
"Es como tener ciudades flotantes en nuestro puerto. Es impresionante ver cómo estos gigantes tecnológicos eligen Mallorca para relajarse."
La visita de Zuckerberg y Bezos a Mallorca no solo destaca el atractivo continuo de la isla como destino de élite, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del turismo de lujo y su impacto en las comunidades locales. Mientras tanto, sus yates permanecen como testigos silenciosos de una riqueza que para muchos es difícil de imaginar, anclados en las tranquilas aguas del Mediterráneo.