El sistema tributario bancario español está por experimentar una transformación radical. El Ministerio de Hacienda ha elaborado un plan que modifica significativamente las contribuciones fiscales de las instituciones financieras; esto afecta principalmente a CaixaBank y beneficia a otras entidades
En este nuevo esquema CaixaBank (donde el Estado mantiene una posición como segundo accionista más importante) enfrenta la mayor carga fiscal debido a su extensa presencia en el mercado financiero nacional. Por otro lado Kutxabank y otras antiguas cajas de ahorro recibirán beneficios substanciales: sus pagos tributarios podrían reducirse hasta un 80% respecto a sus niveles actuales
La redistribución fiscal refleja un cambio en la política financiera del Estado - las instituciones más pequeñas obtendrán ventajas mientras que las grandes entidades asumirán responsabilidades adicionales. Este nuevo modelo pretende crear un sistema más equilibrado (aunque genera debates sobre su impacto en el sector)