Un descubrimiento sorprendente ocurrió hace cinco años cuando el instrumento ZTF del Observatorio Monte Palomar detectó un fenómeno astronómico poco común: un agujero negro devorando una estrella. El evento (que sucede cada 100.000 años en una galaxia) ocurrió a una distancia de 210-millones de años-luz de la Tierra
La destrucción estelar — conocida como espaguetización — sucede cuando una estrella se acerca demasiado a un agujero negro supermasivo que tiene una masa 1-millon de veces mayor que nuestro sol. Durante este proceso el material estelar se divide: la mitad es absorbida mientras el resto forma un disco alrededor del agujero negro
Un equipo dirigido por Matt Nicholl observó algo inesperado el año pasado; emisiones de rayos-X que se repetían cada 2-días aproximadamente (en una zona menor a 82-años luz). Los científicos proponen que estas señales podrían ser resultado de colisiones entre el material restante y una segunda estrella que orbita cerca del agujero negro
La teoría sugiere que la estrella destruida formaba parte de un sistema-binario; su compañera podría estar causando estas emisiones periódicas al interactuar con los restos. Aunque esta idea parece lógica (dado el alto número de estrellas binarias) los investigadores necesitan más observaciones para confirmarla