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Médico confiesa intento de asesinato por herencia en Newcastle

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Un médico de familia admitió haber intentado matar a la pareja de su madre inyectándole veneno disfrazado de vacuna COVID-19. El motivo: acceder a una herencia. La víctima sobrevivió tras graves complicaciones.

En un caso que ha conmocionado a la comunidad médica y legal de Newcastle, Reino Unido, un respetado médico de familia ha admitido su culpabilidad en un intento de asesinato motivado por la codicia. El Dr. Thomas Kwan, de 53 años, confesó haber intentado acabar con la vida de Patrick O'Hara, la pareja de su madre, utilizando un método que aprovechaba la crisis sanitaria actual.

El incidente, que tuvo lugar en enero de 2024, involucró una elaborada trama en la que Kwan se hizo pasar por un enfermero comunitario que administraba vacunas de refuerzo contra el COVID-19. Aprovechando el conocimiento médico adquirido durante su carrera, Kwan inyectó a O'Hara, de 72 años, una sustancia altamente tóxica, posiblemente un pesticida, en lugar de la vacuna esperada.

Las consecuencias para la víctima fueron devastadoras. O'Hara desarrolló fascitis necrotizante, una rara y peligrosa infección que destruye rápidamente el tejido. La gravedad de su condición requirió la amputación parcial de su brazo y una prolongada estancia en cuidados intensivos.

La investigación reveló detalles perturbadores sobre la planificación del crimen. Kwan falsificó documentación, utilizó un vehículo con matrículas falsas y se disfrazó con equipo de protección personal completo, incluyendo gafas polarizadas y una mascarilla quirúrgica, para evitar ser reconocido durante su visita a la residencia de O'Hara.

El motivo del intento de asesinato resultó ser puramente económico. Según el fiscal Thomas Makepeace, Kwan veía a O'Hara como un obstáculo para recibir la herencia de su madre tras su fallecimiento. Este caso pone de manifiesto la triste realidad de que los crímenes motivados por herencias no son infrecuentes, incluso entre profesionales respetados.

La policía, con la ayuda de imágenes de cámaras de vigilancia, logró identificar a Kwan. Un registro de su domicilio reveló un arsenal de sustancias tóxicas, incluyendo arsénico, mercurio líquido y semillas de ricino, conocidas por su uso en la fabricación de ricina, un veneno letal.

"Aunque el atentado contra la vida de su víctima afortunadamente no tuvo éxito, los efectos fueron catastróficos"

Christopher Atkinson, del Servicio de Fiscalía de la Corona

La gravedad del caso se ve agravada por la negativa de Kwan a identificar el veneno utilizado, lo que complicó el tratamiento de O'Hara. Este comportamiento no solo viola el juramento hipocrático, sino que también demuestra una falta total de ética profesional y compasión humana.

El caso ha generado un debate sobre la seguridad de las vacunas domiciliarias y la necesidad de verificar la identidad de los profesionales de la salud. Además, ha puesto de relieve la importancia de las cámaras de vigilancia en la resolución de crímenes complejos.

La comunidad médica de Sunderland, donde Kwan ejercía, se ha visto conmocionada por estos eventos. Este caso sirve como un recordatorio sombrío de que incluso los profesionales más respetados pueden sucumbir a motivaciones oscuras, desafiando la confianza depositada en ellos por la sociedad.

Astolfo Gallardo Jiménez