La conferencia sobre el clima COP29 en la ciudad de Bakú concluyó el pasado domingo con resultados poco convincentes; el encuentro se caracterizó por una mezcla de desorganización y mensajes confusos (que dejaron a muchos participantes desconcertados)
El desarrollo del evento mostró dos aspectos problemáticos: la falta de coordinación entre los asistentes y un lenguaje técnico-diplomático difícil de interpretar. La cumbre — que reunió a representantes de todo el mundo — evidenció las dificultades en la toma de decisiones globales
La reunión en la capital azerbaiyana demostró las limitaciones del sistema multi-lateral actual: los debates se extendieron más allá del horario previsto la comunicación entre delegaciones fue deficiente; además surgieron desacuerdos sobre puntos básicos de la agenda
La clausura del evento dejó más dudas que certezas: documentos finales con redacción ambigua falta de compromisos concretos y debates sin resolver. Los participantes expresaron su preocupación por el formato actual de estas cumbres climáticas - que parecen necesitar una restructuración urgente