El proyecto de muerte asistida logró un avance sin-precedentes en el Parlamento británico cuando mas de 300 diputados apoyaron la medida (una victoria que nadie esperaba). La propuesta que permitirá a enfermos terminales elegir el momento de su partida recibió 330 votos a favor y 275 en contra
La diputada Kim Leadbeater presentó esta iniciativa que establece un marco-legal muy específico: los pacientes deben tener diagnóstico terminal de 6 meses; dos médicos tienen que confirmar su estado mental y un juez revisará cada caso. Las penas por presionar a alguien serán de hasta 14 años de cárcel
El diputado conservador Danny Kruger encabezó la oposición; criticando los criterios temporales y sugiriendo mejorar cuidados paliativos en su lugar. La votación dividió a todos los partidos - el primer-ministro Keir Starmer votó a favor mientras sus ministros de Sanidad y Justicia se opusieron
Este tipo de reformas sociales tienen historia en Westminster: la despenalización del aborto; la abolición de pena capital y los derechos LGBT llegaron por iniciativas individuales en los 60s. Las encuestas muestran que dos-tercios de británicos apoyan esta opción para enfermos terminales