En Chiva un sábado por la tarde la situación se tornó crítica cuando varios voluntarios que limpiaban un estacionamiento inundado en la calle Ramón y Cajal (número 12) empezaron a sentirse mal. Todo comenzó cuando un joven-voluntario se desplomó cerca de un vehículo de Protección Civil
El incidente que parecía menor se convirtió en una emergencia — 17 personas resultaron intoxicadas por monóxido de carbono dos en condición grave. La causa: una bomba de agua que funcionaba en el sótano del edificio
Los equipos de Protección Civil y la Guardia Civil actuaron con rapidez; solicitando recursos médicos y organizando la atención a los afectados. Los sanitarios voluntarios (que estaban en la zona) comenzaron a administrar suero y oxígeno a los intoxicados
En el garaje de tres niveles y 40 metros por planta los voluntarios trabajaban sin saber del peligro invisible. La situación empeoró cuando más personas comenzaron a presentar síntomas: mareos náuseas y debilidad. Los sanitarios improvisaron un área de atención envolviendo a los afectados con mantas-térmicas
El Miguel Olmo teniente alcalde había mencionado que tenían aproximadamente 3000 voluntarios en la ciudad ese día (una localidad de 16000 habitantes). La ayuda era tan numerosa que tuvieron que pedir que no llegaran más personas; la situación se había vuelto difícil de controlar
- Registro obligatorio en el ayuntamiento
- Control de viviendas afectadas
- Lista de vehículos desaparecidos
- Registro de personas extraviadas
La Amparo Fort alcaldesa permanecía en reuniones con bomberos y Guardia Civil mientras el ayuntamiento se había transformado en centro logístico: preparando alimentos y coordinando recursos para todos los equipos de rescate