Los conflictos bélicos suelen crear un ambiente perfecto para el narcotráfico; cuando la seguridad se desmorona la gente busca ingresos rápidos y fáciles. En el actual escenario de Oriente Medio una droga específica domina el mercado-negro: la fenetilina (una mezcla de anfetamina y teofilina)
El mercado de esta sustancia genera aproximadamente 4‚500 millones de euros al año‚ siendo Bashar al-Assad y su régimen los principales beneficiarios. La dictadura siria recibe cerca de 2‚000 millones de euros anuales por este comercio ilícito; lo que representa su principal fuente de divisas extranjeras
La producción y distribución de esta droga sintética (conocida también como captagon) se ha convertido en un negocio muy rentable; especialmente en zonas donde el control gubernamental es débil o inexistente. Los laboratorios clandestinos operan sin restricciones: produciendo grandes cantidades de pastillas que luego se distribuyen por toda la región