El otoño en Cataluña trae consigo una tradición arraigada: la recolección de setas. Esta actividad, que combina naturaleza y gastronomía, atrae a miles de entusiastas cada año. Descubramos siete comarcas catalanas que se convierten en auténticos paraísos para los amantes de la micología.
La provincia de Girona alberga la primera joya: La Garrotxa. Su Parque Natural de la Zona Volcánica, con más de 40 conos volcánicos, ofrece un entorno único para el crecimiento de setas. Los suelos ricos en minerales y el clima húmedo favorecen especies como el rebozuelo y la llenega negra.
En la provincia de Lleida, encontramos El Solsonès, apodada la "Suiza catalana" por su paisaje montañoso. Sus extensos bosques de pinos y robles son ideales para recolectar níscalos y ceps. Durante la temporada, la comarca celebra ferias y jornadas gastronómicas dedicadas a las setas.
El Montseny, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978, es otro destino imprescindible. Sus diversos ecosistemas, desde encinares hasta hayedos, albergan especies codiciadas como los rovellons y las trompetas de los muertos.
En la provincia de Barcelona, El Berguedà destaca por sus densos bosques de pinos y abetos. El Parque Natural del Cadí-Moixeró, uno de los más grandes de Cataluña, es un lugar privilegiado para encontrar níscalos y setas de cardo.
Los Pirineos de Lleida acogen El Pallars Sobirà, donde el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, establecido en 1955, ofrece condiciones perfectas para la proliferación de boletus y oronjas.
L'Alta Ribagorça, también en Lleida, es ideal para quienes prefieren entornos montañosos. El Valle de Boí, famoso por sus iglesias románicas Patrimonio de la Humanidad, es un lugar excelente para recolectar ceps y múrgulas.
Finalizamos en Osona, provincia de Barcelona, reconocida por su rica tradición micológica y gastronómica. Sus bosques mixtos son hogar de rovellons y llanegas. Cada año, Centelles celebra una feria de setas que se ha convertido en un evento imperdible desde 1996.
"Existen más de 2000 especies de hongos catalogadas en Cataluña, pero es crucial conocer bien las variedades comestibles para evitar intoxicaciones."
Es importante recordar que la recolección de setas está regulada en muchas áreas para proteger el ecosistema. Se recomienda informarse sobre las normativas locales y, si es posible, contar con la ayuda de guías micológicos certificados para garantizar una experiencia segura y enriquecedora.
La temporada de setas en Cataluña, que generalmente se extiende de septiembre a noviembre, no solo es una oportunidad para disfrutar de la naturaleza, sino también para saborear la rica gastronomía local que incorpora estos tesoros del bosque en numerosos platos tradicionales.