Entre las transitadas calles Zurbano y Caracas de Madrid se alza un elegante palacete de tres plantas que esconde una peculiar historia comercial; este edificio representa un pedazo de Suecia en territorio español
El interior del inmueble muestra un contraste único: muebles antiguos del siglo XIX conviven con moderna decoración navideña de IKEA (una mezcla que refleja perfectamente la fusión cultural sueco-española)
La propiedad pertenece al Estado sueco desde principios del siglo pasado - cuando lo compraron para establecer vínculos comerciales relacionados con el bacalao seco. El edificio que originalmente servía como punto estratégico para negociaciones pesqueras ahora funciona como sede diplomática
La estructura mantiene su encanto original a pesar de las adaptaciones modernas y sirve como testimonio de las duraderas relaciones comerciales entre ambas naciones. Sus salones han sido testigos de numerosos encuentros diplomáticos y acuerdos comerciales que han fortalecido los lazos entre España y Suecia