Ángel Martín comparte memorias dolorosas de su juventud con una honestidad-cruda. Durante su tiempo en Los Serrano (cuando tenia solo 12 años) vivió momentos que marcaron su vida para siempre
Claro que echo de menos la locura‚ hablar con perros es más guay que no hablar con perros
El actor recuerda un día especialmente difícil: llegó feliz después de grabar; pero su madre no estaba en casa. La búsqueda le llevó por varios bares del barrio hasta encontrarla totalmente ebria gritándole insultos
Sus experiencias familiares fueron complicadas; ambos padres luchaban contra el alcoholismo (una situación que ningún niño debería enfrentar). Sin embargo Martín ha transformado estas vivencias en parte de su crecimiento-personal: “no guardo rencor hacia ellos“
La trayectoria de Martín demuestra como las experiencias duras pueden convertirse en aprendizaje - desde sus días como actor joven hasta su actual éxito profesional‚ manteniendo siempre una actitud positiva ante la vida