Tensión diplomática: México excluye al Rey Felipe VI de la toma de posesión presidencial

La relación diplomática entre España y México atraviesa un momento de tensión sin precedentes. La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha decidido no invitar al Rey Felipe VI a su toma de posesión, aparentemente como represalia por no haber respondido a una carta del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.

En respuesta a esta exclusión, considerada "inaceptable" por las autoridades españolas, el gobierno de Madrid ha anunciado que no enviará representantes al acto de investidura. Esta decisión marca un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, que han sido históricamente estrechas desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1977.

La situación actual contrasta con los objetivos de política exterior del presidente español, Pedro Sánchez, quien desde su llegada al poder en 2018 ha buscado fortalecer la presencia internacional de España. Sánchez ha apostado por revitalizar la diplomacia española, aprovechando su dominio del inglés y la oportunidad que representó la presidencia de turno de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.

Este desencuentro diplomático se produce en un contexto de creciente importancia económica entre ambas naciones. El comercio bilateral superó los 10 mil millones de euros en 2022, y más de 6,000 empresas españolas operan en territorio mexicano. México es, de hecho, el principal destino de las inversiones españolas en América Latina.

La historia compartida entre España y México es profunda y compleja. México fue colonia española durante 300 años, desde 1521 hasta su independencia en 1821, reconocida por el Tratado de Córdoba. Curiosamente, México fue el último país en reconocer la independencia de España en 1836, lo que subraya la complejidad de sus lazos históricos.

"España no enviará a ningún representante a la toma de posesión de la presidenta de México por la inaceptable exclusión del Rey Felipe VI"

La comunidad española en México, la tercera más grande fuera de España, y los más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo, son testimonio de los fuertes vínculos culturales que unen a ambos países. El Instituto Cervantes, establecido en México desde 2009, ha jugado un papel crucial en la promoción de estos lazos lingüísticos y culturales.

Es importante recordar que la monarquía española, restaurada en 1975 tras la muerte de Francisco Franco, ha sido un actor clave en las relaciones hispano-mexicanas. La primera visita oficial de un rey español a México fue realizada por Juan Carlos I en 1978, marcando un hito en la normalización de las relaciones tras el periodo franquista.

El Tratado General de Cooperación y Amistad entre España y México, firmado en 1990, ha sido el marco de referencia para las relaciones bilaterales durante las últimas décadas. Sin embargo, los recientes acontecimientos ponen en duda la solidez de estos acuerdos y plantean interrogantes sobre el futuro de la cooperación hispano-mexicana.

La exclusión del Rey Felipe VI de este importante evento diplomático y la subsiguiente respuesta española marcan un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. Queda por ver cómo evolucionará esta situación y qué impacto tendrá en los lazos económicos, culturales y diplomáticos entre estas dos naciones con una historia tan entrelazada.