Starmer sacude su gabinete en medio de críticas y baja popularidad
El líder laborista fuerza cambios en su equipo tras escándalos y decisiones impopulares. La dimisión de Sue Gray y el ascenso de Morgan McSweeney marcan un giro en la estrategia del gobierno británico.
Keir Starmer, líder del Partido Laborista y actual primer ministro británico, ha provocado una minicrisis de gobierno en un intento de revitalizar su mandato, que se ha visto empañado por escándalos y fricciones internas en sus primeros tres meses. La dimisión de Sue Gray como jefa de Personal, anunciada el domingo 6 de octubre de 2024, ha sido interpretada como una destitución encubierta y marca un punto de inflexión en la administración laborista.
El ascenso de Morgan McSweeney, de 47 años, como nuevo hombre fuerte en Downing Street, representa un cambio significativo en la estrategia del gobierno. McSweeney, conocido por su papel en la purga de "corbynistas" tras la elección de Starmer como líder en 2020, ahora se perfila como el arquitecto principal de la maquinaria electoral laborista.
Los cambios en el equipo de Starmer incluyen el nombramiento de James Lyons, ex periodista del Daily Mirror y The Sunday Times, como jefe de Comunicación Estratégica. Esta decisión refleja un reconocimiento implícito de las dificultades enfrentadas por el actual director de Comunicación, Matthew Doyle, para controlar las filtraciones y articular un mensaje claro del gobierno.
"Estoy agradecido de incorporar a gente con talento y experiencia a mi equipo. Esto demuestra mi absoluta determinación para traer el cambio a este país".
Sin embargo, estas modificaciones se producen en un contexto de creciente descontento público. Según una reciente encuesta de YouGov, el 59% de los británicos considera al gobierno laborista como "corrupto". La popularidad de Starmer ha caído a un índice de -27%, incluso por debajo de la de su predecesor, Rishi Sunak, al momento de su salida.
El escándalo de los "freebies" o regalos personales ha afectado severamente la imagen del primer ministro, quien está a punto de cumplir sus primeros 100 días en el cargo esta semana. La decisión de forzar la salida de Sue Gray, investigadora del Partygate y figura clave en la caída de Boris Johnson, ha generado críticas tanto internas como externas.
John McDonnell, diputado laborista del ala izquierda, expresó su descontento: "Estamos afrontando el riesgo de una guerra total en Oriente Próximo, con miles de personas muertas en Líbano, y en todo lo que piensan los muchachos de Starmer es en cómo apropiarse del puesto y del dinero de Sue Gray. No hay palabras".
Estos cambios en el gabinete de Starmer reflejan un intento de reorientar su gobierno en medio de crecientes desafíos políticos y de imagen. El éxito de esta reorganización será crucial para determinar el rumbo del Partido Laborista y su capacidad para mantener el apoyo público en los próximos meses.
