Jesús Pradales condenado a 14 años por el homicidio de Juana Canal
La Audiencia Provincial de Madrid ha sentenciado a Jesús Pradales a 14 años de prisión por el homicidio intencionado de Juana Canal en 2003. El jurado rechazó la versión de muerte accidental presentada por la defensa.
La Audiencia Provincial de Madrid ha dictado sentencia en el caso de Juana Canal, condenando a Jesús Pradales a 14 años de prisión por homicidio intencionado. El veredicto, emitido hace 11 días, rechazó la versión de muerte accidental presentada por la defensa.
El crimen ocurrió hace 21 años y 7 meses en el distrito de Ciudad Lineal, Madrid. Este caso, inicialmente considerado una desaparición, ha sido resuelto gracias a los avances en tecnología forense y la persistencia de organizaciones como SOS Desaparecidos.
La sentencia incluye indemnizaciones para los familiares de la víctima: 118.000 euros para el hijo y 22.000 euros para cada hermano. El tribunal destacó la gravedad del daño sufrido por la familia, que vivió años de incertidumbre.
"En 26 horas, la descuartiza, que no es fácil, conduce 170 kilómetros, cava dos hoyos, entierra los restos óseos, vuelve y deja la nota a Sergio, el hijo mayor de Juana, en la que le escribe que su madre ha tomado pastillas y se ha ido"
La fiscalía y la acusación particular solicitaban 15 años de prisión, mientras que la defensa pedía la absolución. El jurado, una institución reintroducida en España en 1995, respaldó la tesis de la fiscalía.
El tribunal rechazó aplicar la atenuante de confesión, ya que Pradales solo admitió haber descuartizado el cuerpo tras su detención. Este acto de descuartizamiento y ocultación del cadáver es un delito adicional al homicidio en España.
El caso ha puesto de manifiesto la importancia de la investigación en casos fríos y la reconstrucción forense en situaciones con restos óseos fragmentados. La distancia de 170 km mencionada en el caso podría implicar que los restos fueron trasladados hasta zonas cercanas a Valladolid o Cuenca.
La sentencia aplicó la agravante de parentesco, que en el sistema legal español se extiende a relaciones de pareja incluso sin matrimonio. Este factor, junto con el presunto consumo de alcohol mencionado en el caso, subraya la complejidad de los casos de violencia doméstica.
Este veredicto marca el final de un largo proceso judicial que ha durado más de dos décadas, demostrando que, a pesar del tiempo transcurrido, la justicia puede prevalecer en casos de homicidio aparentemente irresolubles.
