Humo canadiense tiñe de gris el cielo ibérico: alerta ambiental global

En agosto de 2024, el humo de incendios forestales en Canadá recorrió 7.000 km hasta la Península Ibérica, tiñendo el cielo de gris. Este fenómeno resalta la interconexión global en temas ambientales.

28 de septiembre 2024, 08:32  •  43 vistas

Humo canadiense tiñe de gris el cielo ibérico: alerta ambiental global

En agosto de 2024, un fenómeno inusual captó la atención de los habitantes de la Península Ibérica. El cielo se tiñó de un color gris peculiar, pero no se trataba de contaminación local ni de polvo sahariano. La causa de este cambio atmosférico se encontraba a miles de kilómetros de distancia, en los vastos bosques del norte de Canadá.

Canadá, hogar del 10% de la masa forestal mundial, enfrentaba una crisis sin precedentes. Aproximadamente 600 incendios forestales arrasaban con una parte significativa de sus bosques boreales, que cubren alrededor de 347 millones de hectáreas. Estos ecosistemas, cruciales para el planeta, almacenan cerca de 208 mil millones de toneladas de carbono y representan el 25% de los bosques boreales intactos del mundo.

El humo generado por estos incendios emprendió un viaje extraordinario de 7.000 kilómetros sobre el Océano Atlántico, llegando hasta la Península Ibérica. Este fenómeno no solo afectó la visibilidad, sino que también sirvió como un recordatorio tangible de la interconexión global en temas ambientales.

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Es importante destacar que los incendios forestales en Canadá no son inusuales. La temporada de incendios generalmente se extiende de mayo a octubre, y pueden ser iniciados tanto por rayos como por actividad humana. Sin embargo, el cambio climático ha aumentado la frecuencia y severidad de estos eventos en los últimos años.

Los impactos de estos incendios son múltiples y complejos. Anualmente, emiten un promedio de 170 megatoneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, afectan a más de 80 especies de mamíferos que habitan estos bosques y pueden tener consecuencias significativas en la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos.

El gobierno canadiense invierte millones de dólares cada año en prevención y manejo de incendios forestales. Cuentan con un sistema nacional de monitoreo llamado Canadian Wildland Fire Information System y utilizan tecnología satelital para la detección temprana de incendios.

La industria forestal de Canadá, que emplea a más de 200.000 personas, también se ve afectada por estos eventos. Sin embargo, es importante señalar que algunos tipos de ecosistemas pueden regenerarse después de los incendios, y el país cuenta con un programa nacional de reforestación para restaurar las áreas afectadas.

Este fenómeno sirve como un llamado de atención sobre la importancia de la acción global en temas ambientales. Los bosques canadienses, que absorben anualmente alrededor de 150 millones de toneladas de dióxido de carbono, juegan un papel crucial en la regulación del clima mundial.

La presencia de humo canadiense en el cielo ibérico nos recuerda que los problemas ambientales no conocen fronteras. Es un claro ejemplo de cómo eventos en un extremo del planeta pueden tener repercusiones visibles en el otro, subrayando la necesidad de una cooperación internacional más estrecha en la lucha contra el cambio climático y la protección de nuestros recursos naturales.