España insta a sus ciudadanos a abandonar Líbano ante la escalada bélica

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha emitido una recomendación urgente para que los ciudadanos españoles abandonen Líbano, utilizando los medios de transporte comerciales aún disponibles. Esta decisión se produce en respuesta a la reciente escalada de tensiones entre Israel y Hizbulá, el partido-milicia chií libanés.

Hizbulá, fundado en 1985 como respuesta a la ocupación israelí del sur de Líbano, ha sido objeto de intensos ataques por parte de Israel en los últimos días. Estos bombardeos, considerados los más severos desde la guerra de 2006, han afectado principalmente las regiones del sur y este de Líbano, incluyendo zonas cercanas al río Litani, el más largo del país con 140 km de extensión.

La Embajada de España en Beirut, establecida en 1952, ha puesto a disposición un número de emergencia y una dirección de correo electrónico para asistir a los españoles en el país. Se aconseja a los viajeros con vuelos programados que verifiquen con sus aerolíneas ante posibles cambios o cancelaciones en el Aeropuerto Internacional de Beirut, el único aeropuerto comercial de Líbano.

El contingente español de más de 650 militares, parte de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), establecida en 1978, se encuentra actualmente en búnkeres por razones de seguridad. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha informado que las patrullas rutinarias han sido suspendidas, limitándose a actividades esenciales.

El Gobierno español ha expresado su "profunda consternación" por los recientes acontecimientos, haciendo un llamado al cese inmediato de las hostilidades y al respeto del Derecho Internacional Humanitario, basado en los Convenios de Ginebra de 1949. Además, ha instado a la implementación completa de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en 2006 para poner fin al conflicto entre Israel y Líbano.

Es importante destacar que Líbano, con una población de aproximadamente 6,8 millones de habitantes y 18 grupos religiosos reconocidos oficialmente, ha sido escenario de conflictos recurrentes. La última guerra civil en el país duró de 1975 a 1990, dejando profundas cicatrices en la sociedad libanesa.

La situación actual pone de manifiesto la fragilidad de la paz en la región, donde el cedro, símbolo nacional de Líbano que aparece en su bandera, contrasta con la realidad de un país nuevamente al borde de un conflicto mayor. La comunidad internacional, incluida España como miembro de la ONU, continúa trabajando para encontrar una solución diplomática que evite una nueva guerra en Oriente Próximo.