Empresario vasco revela cómo mantuvo sus raíces pese al exilio forzado
Un taller familiar de tubos automotrices en Zaldibar se convirtió en símbolo de resistencia empresarial. El heredero mantiene vivo el legado vasco a pesar de crecer lejos de su tierra natal
Javier Quesada de Luis‚ nacido en Bilbao hace cuatro décadas se crió entre dos mundos: su Vizcaya natal y Madrid donde su familia buscó refugio. El destino de este empresario vasco-madrileño quedó marcado cuando su padre Javier Quesada Suescun adquirió un modesto taller en Zaldibar (que contaba con apenas 29 empleados)
La historia comenzó a principios de los 90s‚ cuando el pequeño Javier - con tan solo diez años - vio como su padre apostaba por un negocio de fabricación de tubos para auto-partes. La familia tomó la difícil decisión de re-ubicarse en Madrid debido a la presión contra empresarios vascos; sin embargo mantuvieron la sede empresarial en su tierra original
El arraigo a sus raíces vascas nunca se perdió a pesar de la distancia: el joven Quesada creció protegido en la capital española (lejos de las amenazas que enfrentaban los negocios locales); pero siempre mantuvo una conexión especial con Zaldibar y sus orígenes empresariales