Drama laboral en el Banco Vaticano: Pareja despedida tras matrimonio
Dos empleados del Instituto para las Obras de Religión fueron despedidos tras casarse, violando las normas internas. La pareja apela al Papa Francisco por una dispensa, alegando injusticia y presiones laborales.
En un giro inesperado de eventos en la Ciudad del Vaticano, el estado soberano más pequeño del mundo, dos empleados del Instituto para las Obras de Religión (IOR), comúnmente conocido como el Banco Vaticano, han sido despedidos tras contraer matrimonio. Este incidente ha puesto de manifiesto las estrictas normas laborales de la institución y ha generado un debate sobre la equidad en el lugar de trabajo.
Flavio y Francesca (nombres ficticios para proteger su identidad) trabajaron en el IOR durante 13 y 11 años respectivamente. Ambos eran valorados por los clientes y considerados indispensables por la dirección. Sin embargo, su relación personal se convirtió en un punto de conflicto con las políticas del instituto.
El IOR, fundado en 1942 por el Papa Pío XII, no es técnicamente un banco, sino un instituto financiero. A lo largo de su historia, ha estado involucrado en varios escándalos financieros, lo que ha llevado a esfuerzos de reforma y transparencia en los últimos años. En 2019, el Papa Francisco aprobó nuevos estatutos para el IOR, buscando mejorar su gobernanza y operaciones.
Los problemas para Flavio y Francesca comenzaron hace aproximadamente dos años. Francesca relata: "Estaba ingresada en el Hospital Gemelli por problemas de salud. Nuestra relación ya era conocida y ahí empezaron las dificultades". El Hospital Gemelli, el centro médico universitario más grande de Roma, se convirtió en el escenario inicial de su drama laboral.
La pareja experimentó una serie de presiones y cambios en sus condiciones laborales. Francesca fue trasladada de la oficina de pagos a la recepción, convirtiéndose en la única mujer entre más de 100 empleados del Banco Vaticano con tales funciones. A pesar de la incomodidad, decidió mantener su puesto debido a la necesidad económica.
El 2 de mayo de 2024, se introdujo un nuevo artículo en el reglamento del IOR que parecía estar dirigido específicamente a su situación. Se les pidió que uno de ellos dimitiera, una decisión difícil considerando que tienen hijos. Flavio comenta: "Tenemos hijos, ¿deberíamos haber dicho 'a partir de hoy papá o mamá ya no trabajan'?"
Además de las presiones laborales, la pareja enfrentó medidas disciplinarias. Ambos sufrieron una reducción salarial de 700 euros cuando su historia se hizo pública. A pesar de comunicar todos los cambios en su situación personal, incluyendo su matrimonio en agosto de 2024, fueron finalmente despedidos el 1 de octubre de 2024.
El caso de Flavio y Francesca resalta las complejidades de trabajar en el Vaticano, un estado que, a pesar de su tamaño, cuenta con su propia estación de radio, periódico, oficina postal e incluso una farmacia y supermercado para sus empleados. Los trabajadores del Vaticano tienen un sistema de pensiones separado del italiano y están sujetos a un código de vestimenta específico.
La pareja ha apelado al Papa Francisco, conocido por promover reformas para aumentar la transparencia en las finanzas del Vaticano, solicitando una dispensa. Francesca afirma: "Él no dejará a una familia sin trabajo". Esta apelación pone de manifiesto la tensión entre las tradiciones y normas del Vaticano y las realidades de la vida moderna de sus empleados.
"Nunca hemos rechazado una alternativa. Al contrario, hemos buscado el diálogo y enviado una súplica al Papa para que nos conceda una dispensa".
Este caso plantea interrogantes sobre la flexibilidad de las instituciones vaticanas en un mundo cambiante. Mientras el IOR ha avanzado en transparencia, publicando informes anuales desde 2013, casos como el de Flavio y Francesca sugieren que aún quedan desafíos por abordar en cuanto a políticas laborales y derechos de los empleados.
